El vicepresidente Edmand Lara lideró el rechazo de la mayoría de las bancadas al paquete económico promulgado por la administración de Rodrigo Paz. Este paquete incluye un aumento significativo en los precios del diésel y la gasolina. En contraste, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, expresó su apoyo a las reformas, calificándolas como históricas y ofreciendo asistencia para atraer inversiones. La situación se desarrolla en un contexto de creciente tensión política en Bolivia tras la promulgación del Decreto Supremo 5503.
Lara compareció ante los medios rodeado de los jefes de bancada de Libre, PDC, Alianza Popular y Súmate para manifestar su rechazo a las medidas. Durante su intervención, advirtió que el ajuste, que eleva el diésel a 9,80 Bs y la gasolina a 6,96 Bs, profundizará la crisis social.
“Estas medidas lo único que van a causar es más pobreza, más desempleo y la subida de los precios de la canasta familiar que afectará a los sectores más humildes”, sentenció Lara.
Apoyo y soledad política
Un dato relevante fue la soledad de la bancada de Unidad Nacional, que fue señalada por el Vicepresidente como el único bloque que respalda el decreto. Por su parte, el MAS y el presidente del Senado, Diego Ávila, estuvieron ausentes en la reunión. A diferencia de la tensión interna, Rubio emitió un comunicado oficial respaldando las reformas de Paz.
Rubio calificó el paquete de medidas como un paso esencial para revertir “décadas de políticas fallidas” y mala gestión económica.
Compromiso de Estados Unidos
Rubio aplaudió los esfuerzos por abrir Bolivia al mundo y atraer capitales extranjeros. El jefe de la diplomacia estadounidense confirmó que funcionarios de su país ya se encuentran en territorio boliviano para facilitar inversiones. “Estados Unidos está dispuesto a apoyar la transición de Bolivia y a profundizar nuestra asociación”, aseguró el secretario.
Preocupación ciudadana
A pesar del apoyo internacional, la preocupación ciudadana se centra en la aplicación inmediata de la nueva banda de precios de los carburantes. El paso de la gasolina de 3,72 Bs a 6,96 Bs y del diésel a casi 10 Bs representa el ajuste más severo en décadas.
Este cambio plantea un desafío que el Gobierno de Paz deberá gestionar en medio de un Legislativo que, en su mayoría, ya le ha dado la espalda.













