Alejandro Almaraz, quien fue viceministro de Tierras durante los primeros años del gobierno de Evo Morales (2005–2010), ha emitido un comunicado en el que rechaza las acusaciones que lo califican de “nefasto” y de haber causado “daño” al sector agropecuario de Santa Cruz.
Las críticas provienen del presidente cívico Stello Cochamanidis y del presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Klaus Frerking. Almaraz considera que estas afirmaciones son “agraviantes y alejadas de la verdad”.
Defensa de su gestión
En defensa de su labor, Almaraz enfatizó que su trabajo se centró en la legalidad y la equidad. Durante su administración, se titularon más de 3 millones de hectáreas en Santa Cruz como territorios indígenas.
El exviceministro argumentó que criticar esta labor es ignorar o negar la presencia esencial de los pueblos originarios en el departamento. “Sería lamentable que el presidente del Comité Cívico ignore esta realidad cruceña fundamental, pero peor aún si la conoce y la considera `nefasta`”, escribió Almaraz. Afirmó que negar esto es negar que pueblos como el chiquitano, guarayo, ayoreo, guaraní y mojeño-trinitario son parte esencial de Santa Cruz.
Beneficios a comunidades
Almaraz también aclaró que su política no solo benefició a comunidades campesinas e indígenas, sino también a miles de propietarios individuales dedicados al desarrollo agropecuario legal.
El exviceministro sostuvo que, en contraste con las acusaciones, su gestión no causó daño al sector agropecuario, a excepción de un “pequeño grupo de poder” que pretendía ampliar su patrimonio a costa de territorios indígenas.
Negación de avasallamientos
“Salvo que se entienda el sector agropecuario como ese pequeño grupo de poder, no es cierto que causé daño alguno”, afirmó Almaraz.
Finalmente, la exautoridad negó haber impulsado avasallamientos de tierras, asegurando que durante su mandato estos “casi desaparecieron” y que los pocos casos registrados fueron desalojados conforme a la ley. “La política agraria de mi gestión se basó en la legalidad, la equidad y el reconocimiento de los derechos históricos de los pueblos originarios”, concluyó.














