El nuevo ministro de Relaciones Exteriores, Fernando Hugo Aramayo, ha anunciado que la Cancillería comenzará un proceso de evaluación interna. Este proceso tiene como objetivo conocer con precisión el estado institucional del despacho y definir las acciones necesarias dentro del proceso de reestructuración del Gobierno.
Durante su primera conferencia de prensa tras asumir el cargo, Aramayo explicó que el primer paso será comprender la situación actual de la institución y del país. Esto se realizará antes de hacer anuncios o tomar decisiones que tengan un impacto internacional.
El canciller destacó que la coyuntura nacional exige responsabilidad y cautela, ya que Bolivia está atravesando un momento complejo en diversos ámbitos.
Directrices del nuevo gobierno
Aramayo subrayó que las directrices del Presidente Rodrigo Paz están orientadas hacia una reestructuración ordenada y transparente del aparato estatal. En este contexto, el Ministerio de Relaciones Exteriores deberá ajustar su funcionamiento a las nuevas políticas del Ejecutivo.
Además, se buscará fortalecer el papel del ministerio en la proyección internacional del país.
Paciencia durante el diagnóstico
El canciller pidió a la ciudadanía que tenga paciencia durante esta fase inicial de diagnóstico. Este diagnóstico permitirá determinar el rumbo de la política exterior boliviana.
Aramayo enfatizó que las decisiones se tomarán una vez que se tenga un panorama claro sobre las condiciones administrativas y diplomáticas del ministerio.
Comprender la situación actual
“El país no se encuentra en su mejor momento y estamos frente a la necesidad de comprender en profundidad la situación antes de tomar decisiones. El margen de error es reducido”, manifestó el canciller.
La intervención de Aramayo se produjo después de la primera reunión de gabinete encabezada por Paz. En esta reunión se definieron las líneas generales de acción del nuevo gobierno y se instruyó a los ministros a priorizar la eficiencia y la transparencia en la gestión pública.
