Este 31 de agosto se cumplen 40 años de la detención de Richard Ramírez, un caso que dejó una huella profunda en la justicia, la sociedad y los medios de comunicación en Estados Unidos. Su historia es recordada por la brutalidad de sus crímenes, su conexión con el satanismo y la manera en que se convirtió en una figura reconocida por la ciudadanía.
El 31 de agosto de 1985, Richard Ramírez fue capturado por vecinos en Los Ángeles, después de una intensa persecución pública. Las autoridades ya lo habían identificado como el responsable de una serie de ataques que se habían prolongado durante meses. Ese día, su rostro apareció en diarios, televisión y carteles en toda la ciudad. La noticia de su detención generó un alivio generalizado, y su caso rápidamente se convirtió en uno de los más emblemáticos del país.
Impacto del caso
La relevancia de esta noticia en la actualidad se debe al 40 aniversario de su captura, pero también al impacto que dejó su figura como una de las más recordadas en la historia criminal de Estados Unidos. Ramírez fue condenado a 19 penas de muerte en 1989, tras un juicio que fue seguido de cerca por la opinión pública, en el que fue declarado culpable de múltiples delitos.
Infancia y entorno
Nacido en Texas en 1960, la infancia de Ramírez estuvo marcada por un entorno familiar complicado y una influencia negativa de su entorno cercano. A los 15 años, se trasladó a Los Ángeles, donde comenzó a involucrarse en actividades delictivas. Su historial criminal se fue agravando con el tiempo, hasta que en 1984 iniciaron los crímenes que alarmaron a la sociedad californiana.


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Crímenes y captura
Durante más de un año, su actividad delictiva se caracterizó por su imprevisibilidad y el uso de símbolos relacionados con el ocultismo, lo que complicó la investigación policial. Fue una de sus víctimas sobrevivientes quien logró proporcionar detalles clave para su identificación, junto con el testimonio de un joven que había anotado la matrícula del vehículo utilizado por el acusado.
El caso fue asignado a los detectives Frank Salerno y Gil Carrillo, quienes, con la ayuda de pruebas forenses y la colaboración de la ciudadanía, lograron cerrar el cerco en torno al sospechoso. El impacto social del caso fue tan grande que su juicio fue televisado y ampliamente cubierto por la prensa, revelando una personalidad desafiante y excéntrica que generó controversia incluso después del fallo judicial.

Vida en prisión
En prisión, Ramírez recibió numerosas cartas de admiradoras, y en 1996 contrajo matrimonio con una de ellas, Doreen Lioy. Permaneció recluido en la prisión de San Quintín, en California, hasta su fallecimiento en 2013 a los 53 años, debido a una enfermedad.

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Legado del caso
A 40 años de su detención, el caso de Richard Ramírez sigue siendo objeto de análisis en foros judiciales, psicológicos y mediáticos. Esto no solo se debe a la magnitud de los hechos, sino también a cómo reflejó las fallas y fortalezas del sistema de justicia, el poder de los medios y el rol de la ciudadanía en momentos críticos.

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