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La guerra en Ucrania suma tres años y medio sin un fin a la vista

Una calle de Leópolis tras un ataque ruso este 21 de agosto / EFE
La lucha entre Rusia y Ucrania se adentra en su cuarto año con pocas señales de tregua. Analizamos los motivos detrás de esta prolongada contienda.

La guerra en Ucrania llega hoy, 23 de agosto de 2025, a tres años y medio sin que Rusia muestre interés en detener los combates. El principal argumento de Moscú en las negociaciones de paz es que la victoria está cerca, aunque esto se contradice con los pocos éxitos que ha tenido su ejército en la actual lucha por el control de Donetsk.

Según medios estadounidenses, el presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó hace una semana en Alaska a su contraparte de EE.UU., Donald Trump, que Moscú está en condiciones de conquistar todo el Donbás en breve.

Sin embargo, el ejército ucraniano enfrenta una crónica falta de personal y, en la actualidad, no tiene opciones viables para recuperar el territorio que ha sido ocupado. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha reconocido esta situación, pero se niega a aceptar las demandas territoriales del Kremlin, que implicarían una capitulación.

Territorio ocupado por Rusia

Actualmente, el ejército ruso controla aproximadamente 115,000 kilómetros cuadrados de territorio ucraniano, una extensión menor que la superficie de Grecia (131,000) o Nicaragua (130,000), lo que representa un 20% del total del país vecino.

Es importante mencionar que un tercio de este territorio, que incluye la península de Crimea y las zonas prorrusas de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, ya estaba bajo control ruso antes de que comenzara la campaña militar el 24 de febrero de 2022.

En el caso del Donbás, Moscú controla actualmente unos 46,500 kilómetros cuadrados, lo que significa que le faltarían 6,500 kilómetros cuadrados en Donetsk para dominar toda la región, que fue escenario de la sublevación prorrusa en 2014.

Además, las tropas rusas han tomado más de 400 kilómetros cuadrados en las regiones del norte, Járkov y Sumi, con el objetivo, según Putin, de establecer una franja de seguridad.

Por otro lado, Ucrania perdió en mayo el control del territorio que había recuperado en agosto de 2024 en la región rusa de Kursk, que llegó a ser de 1,400 kilómetros cuadrados.

Fuerzas ucranianas en Zaporiyia / EFE Archivo

Guerra de desgaste

Días antes de la cumbre en Alaska, las tropas rusas llevaron a cabo una audaz operación que les permitió avanzar 10 kilómetros en Donetsk. No se trató de unidades mecanizadas, sino de pequeños destacamentos de avanzada.

Ucrania ha afirmado que logró rechazar este avance enemigo, que busca superar antes de que finalice el verano la línea fortificada de varias decenas de kilómetros entre Pokrovsk, Kostantínivka, Druzhivka, Sloviansk y Kramatorsk, la zona más militarizada de los más de 1,000 kilómetros de frente.

A pesar de esto, en la última semana, Moscú ha informado sobre la captura de varias localidades situadas entre Pokrovsk y Kostantínivka. Esto indica que la operación permitió a los rusos identificar los puntos débiles en las defensas ucranianas, donde las deserciones son un problema grave.

Aunque los rusos aún no han logrado asediar Pokrovsk, que es el principal objetivo de la ofensiva de verano, ya están combatiendo en las afueras al sur de la ciudad. Según el experto militar Yuri Fiódorov, también están bombardeando constantemente la localidad de Dobropilia, desde donde se origina una carretera que conduce a Kramatorsk.

Los analistas consideran que, a este ritmo, al ejército ruso le llevará muchos meses acercarse a las plazas fuertes del norte de Donetsk. Zelenski estima que Moscú necesitará “cuatro años” para tomar el tercio de la región que aún está bajo control ucraniano.

“Las historias de que van a ocupar nuestro Donbás para finales de año no son más que cháchara”, afirmó Zelenski.

Oficial del Ejército de Ucrania / EFE Archivo

Perspectivas de combate

El pesimismo se apodera de los expertos de ambos bandos respecto a una paz inminente. Muchos pronostican que lo más probable es que los combates continúen en 2026, ya que Putin no tiene intención de reunirse con Zelenski, a menos que sea para negociar la rendición.

Aunque en la cumbre con Trump, el líder del Kremlin se mostró dispuesto a discutir garantías de seguridad para Kiev, su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, rechazó esta semana las garantías colectivas que no incluyan a Rusia y que no aseguren la neutralidad ucraniana sin la presencia de tropas occidentales.

Los únicos obstáculos que enfrenta la maquinaria de guerra rusa son una posible recesión y los aranceles a sus importadores de petróleo, que son China e India. Trump no parece dispuesto a castigar a China, que, de hecho, ha incrementado sus compras de crudo ruso.

En cuanto a India, el arancel del 50% entrará en vigor el 27 de agosto, pero tras una pausa de varias semanas, Nueva Delhi ha contratado nuevos cargamentos de petróleo.

Situación económica en Rusia

La economía rusa se encuentra al borde de la recesión, según el Gobierno, que admite que solo el sector militar sigue creciendo. Según la prensa, el Gobierno podría verse obligado a aumentar los impuestos, lo que generaría un mayor descontento popular con la guerra.

Mientras tanto, el déficit presupuestario ya supera el 2% del producto interior bruto, y la economía creció un 1.2% en el primer semestre, en comparación con el 4.3% en 2024.


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