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Prevención de incendios, clave ante la nueva normalidad climática

El Día de la Prevención de Incendios Forestales resalta la urgencia de frenar los fuegos ante el cambio climático / Infobae
Expertos advierten sobre un círculo vicioso que afecta la salud y ecosistemas, impulsado por altas temperaturas y sequías prolongadas.

El 18 de agosto, en el contexto del Día Mundial de la Prevención de Incendios Forestales, se ha observado un aumento alarmante en la frecuencia e intensidad de incendios forestales en Europa. Durante el primer semestre de 2025, más de 450,000 hectáreas han sido consumidas por el fuego, lo que representa el doble de lo que se registró en el mismo período del año anterior. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres han subrayado la necesidad urgente de implementar estrategias de prevención ante esta crisis ambiental y sus repercusiones en la salud pública y la economía.

Los expertos advierten que “el cambio climático, los incendios forestales y la contaminación atmosférica conforman un círculo vicioso cuyas consecuencias negativas para la salud de las personas, los ecosistemas y la agricultura no dejan de agravarse”. El cambio climático altera muchas variables que influyen en el comportamiento de los incendios. Las altas temperaturas, la sequía prolongada y las olas de calor extremas favorecen la propagación del fuego en hábitats naturales.

Datos de la NASA sobre incendios

Según la NASA, “los satélites Terra y Aqua de la NASA detectan incendios forestales activos dos veces al día”. Los científicos han analizado estos datos a lo largo de un período de 21 años y han descubierto que los incendios forestales extremos se han vuelto más frecuentes, intensos y de mayor magnitud. Investigadores del Servicio Forestal de EE. UU. han señalado que regiones como el oeste de Estados Unidos, México, Brasil y África Oriental han experimentado temporadas de incendios que se han extendido más de un mes en los últimos 35 años.

Aumento en la duración de incendios

Esto tiene una explicación: “Múltiples estudios han descubierto que el cambio climático ya ha provocado un aumento en la duración de la temporada de incendios forestales, su frecuencia y la superficie quemada”. La temporada se ha prolongado debido a factores como primaveras más cálidas, estaciones secas estivales más largas y suelos y vegetación más secos. El cambio en los patrones de lluvias y el adelanto del deshielo dejan la vegetación más seca y vulnerable.

Impacto en la salud humana

Las partículas finas que libera el humo representan una amenaza para la salud humana. “La inhalación de materia particulada con un diámetro de 2.5 micrómetros o menos (PM2.5) constituye un grave peligro para la salud”, alerta la entidad internacional. Europa está viviendo una tendencia sin precedentes en incendios forestales. Según el Servicio de Cambio Climático Copernicus, “Europa es el continente que se calienta más rápido”.

Incendios en países europeos

En el primer semestre de 2025, se quemaron más de 450,000 hectáreas, el doble que en el mismo período del año anterior. Países como España, Portugal, Grecia y Turquía están sufriendo incendios simultáneos, evacuaciones masivas y graves perjuicios económicos. Equipos de bomberos y soldados se han organizado para detener focos activos mientras miles de personas han sido evacuadas.

Emergencias en la Unión Europea

La Unión Europea enfrenta una oleada de emergencias que ha obligado a activar 16 veces el Mecanismo de Protección Civil solo en esta temporada. El desplazamiento de recursos desde distintos países evidencia la magnitud del desafío. El humo afecta la calidad del aire en regiones enteras e incluso puede cruzar continentes. La OMM advierte: “El humo de los incendios forestales es perjudicial para la salud”.

Importancia de la prevención

La comunidad científica insiste en que “históricamente se ha prestado mucha atención a la supresión, pero hay que invertir mucho más en la prevención”. Se recomiendan acciones como no arrojar colillas ni fósforos en zonas naturales; realizar fogatas solo en áreas habilitadas; evitar encender fuego durante períodos secos; no dejar residuos como latas o vidrios; estacionar vehículos únicamente en áreas permitidas; avisar a las autoridades ante cualquier foco; y consultar el índice antes de realizar actividades.

Finalmente, es fundamental comprender que “la prevención exige un enfoque que combina ciencia, tecnología, políticas públicas y responsabilidad colectiva”. El futuro depende de actuar antes que las llamas se salgan de control.


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