Hay personas que, sin “hacer mucho ruido”, dejan huellas profundas en el desarrollo de su tierra. Una de ellas es Stuardo Rivero Rodríguez, profesional orureño que aportó en distintos proyectos de desarrollo económico local y nacional; entre los que figuran y es quizás el más importante, el Puerto Seco.
Rivero nació el 10 de octubre de 1983 en la ciudad de Oruro. Sus primeros años de estudio los cursó en la escuela “Mariano Baptista” y luego en el “Reekie College”.
Se formó como Ingeniero Comercial en la Universidad de Aquino Bolivia y posteriormente continuó su especialización en estudios en Desarrollo Económico Local con la Universidad de Madrid, además de una maestría en la Universidad Técnica de Oruro. También estudió negocios en Joseph Business School de Estados Unidos y obtuvo un diplomado en docencia superior de la Universidad Católica Boliviana.


EXPERIENCIA TÉCNICA
La carrera de Rivero se desenvolvió en el ámbito del desarrollo económico y social. Trabajó con cooperaciones internacionales como la canadiense ACEDI y la holandesa SNV, además de realizar consultorías para el Ministerio de Planificación, municipios y empresas.
Desde la evaluación de cadenas productivas en el altiplano hasta estudios piscícolas en la Amazonía, la experiencia profesional de Rivero abarca distintas áreas, contextos y realidades del país. Además, visitó casi todo el país en el marco de sus trabajos, excepto Pando, y colaboró en proyectos clave en Cochabamba, Santa Cruz, Sucre y Oruro. También fue asesor de la Cámara Nacional de Productores de Quinua hasta junio de 2025.
Actualmente, es director de la Consultora Profesional Ruiz, desde donde continúa generando propuestas técnicas y estructurales para el desarrollo local.
PUERTO SECO
Uno de los aportes más concretos de Rivero al departamento fue su participación, junto a su socio Carlos Santiago Méndez Lascano, en la donación de 67,5 hectáreas de terreno para la construcción del Puerto Seco de Oruro. Tenía tan solo 27 años cuando tomó parte de esta decisión, que marcó un hito en el camino hacia el desarrollo logístico departamental.
Aunque el proyecto aún enfrenta desafíos, Rivero sostiene que lo importante es haber sembrado una base concreta para el futuro.
Hoy, el Puerto Seco representa una posibilidad para que Oruro se convierta en un nodo estratégico dentro del Corredor Bioceánico.



VISIÓN DE PAÍS
Si bien fue vinculado al ámbito político, Rivero se define más por su pensamiento técnico. Cree firmemente en la democracia como motor del desarrollo y en la necesidad de apostar por una economía productiva que respete el medioambiente. “Los bolivianos tenemos todas las condiciones para ser los mejores, pero debemos romper con el pensamiento de inferioridad. Tenemos que creernos capaces”, señala.
Considera que el desarrollo del país depende de fortalecer la industria, apoyar a los productores y fomentar el talento joven con acceso a tecnología, lectura crítica y formación de calidad.
En ese marco, recomienda a los jóvenes utilizar la tecnología para crecer, leer mucho para tener una visión crítica frente a cualquier aspecto de la vida. “No aceptemos todo lo que nos dicen como una verdad absoluta”, subraya.

PADRE, ORUREÑO Y SOÑADOR
Casado con la doctora Ingrid Valkiria Ríos Hoyos, Rivero es padre de tres hijos: Alejandro Stuard, Franco Stuardo y el pequeño Vincent Joaquín. Su vida familiar es uno de sus mayores orgullos, al igual que su amor por Oruro.
Aunque tuvo la oportunidad de vivir fuera, decidió quedarse. “Tengo el privilegio de ver crecer a mis hijos (…). Además, desde joven siempre quise aportar a mi departamento y, gracias a Dios, lo hice. Pero hasta que Oruro pueda desarrollarse y volver a ser el primer departamento de Bolivia, como antes, hay que seguir luchando por eso”, afirma con convicción.
En el marco del Bicentenario, Rivero considera que Bolivia debe apostar por una economía productiva, una ciudadanía más formada y una visión de futuro anclada en el desarrollo territorial. Afirma que “Nuestro país es tan hermoso y tan maravilloso que, si realmente nosotros lo explotamos con una cultura más eficiente y responsable, creo que Bolivia puede ser muy grande”.



