Israel llevó a cabo ataques aéreos contra Irán el 13 de junio de 2025, resultando en la muerte de altos mandos militares y científicos nucleares. Además, agentes de inteligencia israelíes iniciaron una campaña encubierta para intimidar a funcionarios iraníes en respuesta a las actividades nucleares del país.
Personal de los servicios de seguridad israelíes que habla persa se comunicó con más de 20 funcionarios iraníes en posiciones de poder. En una grabación obtenida por The Washington Post, un agente de inteligencia israelí advirtió a un alto general iraní: “Puedo aconsejarte ahora: tienes 12 horas para escapar con tu esposa e hijo. De lo contrario, estás en nuestra lista ahora mismo”. El agente sugirió que Israel podría atacar al general y a su familia en cualquier momento.
La operación general, denominada “León Ascendente” por el gobierno israelí, se basó en la activación de equipos de inteligencia clandestinos y depósitos de armas que ya estaban posicionados dentro del territorio iraní. El primer ministro Netanyahu afirmó que Israel lanzó esta operación sorpresa para evitar que Irán construya un arma nuclear. Funcionarios estadounidenses han indicado que Irán investiga técnicas que le permitirían construir rápidamente un dispositivo nuclear rudimentario si así lo desea.
Ataques a instalaciones nucleares
El presidente Donald Trump ordenó un ataque contra las instalaciones nucleares de Irán utilizando munición de penetración terrestre lanzada desde bombarderos B-2 Spirit y misiles Tomahawk lanzados desde submarinos. Los ataques impactaron en la instalación de enriquecimiento de uranio de Fordow y en las instalaciones nucleares de Natanz e Isfahán. Altos funcionarios del Pentágono afirmaron que los tres emplazamientos sufrieron “daños graves”.
En las primeras horas del ataque israelí, miembros del círculo íntimo de Khamenei y figuras clave del grupo de expertos nucleares iraníes murieron; algunos aparentemente víctimas de drones cargados de explosivos. Entre los objetivos se encontraban el mayor general Hossein Salami, comandante del CGRI; el mayor general Mohammad Bagheri, jefe del Estado Mayor; y Fereydoon Abbasi-Davani, un físico nuclear clave en el desarrollo nuclear iraní.
Intimidación a líderes iraníes
El agente israelí enfatizó estos asesinatos durante su llamada telefónica al general iraní: “Llamo desde un país que hace 2 horas envió a Bagheri, Salami y Shamkhani, uno por uno, al infierno”. La lista incluía al vicealmirante Ali Shamkhani, quien sobrevivió al ataque pero prometió a Khamenei: “El amanecer de la victoria está cerca” para Irán.
La campaña encubierta tuvo como objetivo infundir miedo en figuras clave que sobrevivieron o no fueron blanco inicial. Un funcionario indicó que “los líderes de segundo nivel que se supone heredarán los puestos están aterrorizados”. Khamenei enfrenta dificultades para nombrar sucesores para los cargos eliminados debido al temor entre los más importantes.
Reacciones en el ejército iraní
Funcionarios occidentales afirmaron no haber visto indicios de deserciones entre miembros del ejército iraní ni del CGRI. Algunos altos cargos iraníes recibieron advertencias directas o a través de sus cónyuges. “Ellos comprenden plenamente que son transparentes y conocidos por nosotros”, indicó un funcionario israelí. Algunos altos funcionarios han sido contactados varias veces, lo que ha dado lugar a diálogos entre ellos y la inteligencia israelí.
