Estados Unidos llevó a cabo un ataque aéreo el sábado contra las principales instalaciones del programa nuclear de Irán. Entre los objetivos se encontraban Fordó, Natanz e Isfahán. Esta operación militar fue anunciada por el presidente Donald Trump y se realizó en colaboración con Israel, a través de las Fuerzas Armadas estadounidenses.
Trump declaró que “una carga completa de bombas fueron lanzadas en el lugar principal, Fordó”. Fuentes del Departamento de Defensa informaron que se utilizaron varias bombas anti-búnker GBU-57 en Fordó, que es el principal centro de enriquecimiento de uranio de Irán. En un mensaje dirigido a la nación, Trump instó a Teherán a no responder con acciones militares y a optar por la paz.
El presidente afirmó: “Irán, el matón de Oriente Medio, ahora debe hacer la paz. Si no lo hacen, los futuros ataques serán mucho más grandes y más fáciles”. Además, mencionó que el régimen iraní debe elegir entre “la paz o una tragedia más grande que la que han visto en los últimos 8 días”. Trump advirtió sobre otros objetivos en Irán que podrían ser atacados si no se elige la paz.
Trump también destacó su colaboración con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmando que trabajaron “como un equipo como quizá no se ha visto antes”. Según fuentes de la Casa Blanca consultadas por EFE, Estados Unidos alertó previamente a Israel sobre los ataques. Posteriormente, Trump habló por teléfono con Netanyahu.

Ambos países han mantenido una estrecha colaboración desde que Israel decidió atacar instalaciones nucleares iraníes y eliminar a la plana mayor militar de Irán. Fuentes del Pentágono informaron que los bombarderos estratégicos B-2, cargados con bombas anti-búnker, apuntaron a varios puntos débiles en Fordó.
El ataque se completó con el lanzamiento de hasta 30 misiles Tomahawk desde submarinos de la clase Ohio, dirigidos a Natanz e Isfahán. Trump declaró: “Nuestro objetivo era la destrucción de la capacidad de enriquecimiento nuclear de Irán y detener la amenaza que suponía para el mundo el principal estado patrocinador del terrorismo”.
Estados Unidos mantuvo un gran secreto durante la preparación y ejecución de esta operación. La sorpresa se debió a que el presidente había indicado previamente que se daba un plazo de 2 semanas para decidir si entraba en esa guerra. Durante el sábado, se permitió que los observadores detectaran varios B-2 en dirección al Pacífico como parte de un ejercicio de despiste.
Un gran despliegue de aviones de abastecimiento, grupos de ataque con portaviones y destructores con tecnología avanzada completaron esta demostración de fuerza contra Irán. Trump enfrenta disidencia interna dentro del movimiento Maga, que se opone al intervencionismo militar. Varios congresistas demócratas y algunos republicanos consideraron el ataque una violación de la Constitución, que restringe el poder de declarar la guerra al Congreso.