El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, está enfrentando un aumento en su desaprobación popular, que ha llegado al 54%. Esto ocurre mientras refuerza su agenda diplomática internacional con recientes reuniones con líderes como Emmanuel Macron y Xi Jinping. Esta situación se presenta en medio de una crisis económica que está afectando a la ciudadanía y a poco más de 1 año de las elecciones de 2026.
Lula, de 79 años, mantiene una agenda diplomática activa. En los últimos meses, se reunió con Emmanuel Macron en París, firmó acuerdos con Xi Jinping en Pekín y está preparando la cumbre del Brics que se celebrará en Brasil en julio. Además, se está organizando la COP30, que se llevará a cabo en la Amazonía a finales de este año. Sin embargo, este impulso internacional contrasta con el clima político y social que se vive dentro del país.
Crisis económica y desaprobación
A medida que se intensifica el malestar económico en Brasil, la desaprobación de Lula da Silva ha alcanzado el 54%, el nivel más alto de su historia, según una encuesta publicada por AtlasIntel y citada por Bloomberg. La razón más mencionada para este descontento es la crisis económica. La inflación ha impactado a los sectores populares que esperaban alivios en tarifas y en el costo de vida.
Críticas desde el entorno
Desde el entorno del mandatario, algunos apuntan a una causa más profunda. “El propio Lula es parte del problema”, afirmó un asesor cercano al presidente bajo condición de anonimato. El informe también destaca que Lula se apoya en un enfoque político “que fue exitoso en el pasado, pero que ya no satisface las demandas modernas del pueblo brasileño”. Según Bloomberg, Lula ha mostrado resistencia a aceptar críticas o propuestas externas a su círculo íntimo.
Impacto en los mercados
La caída de apoyo ha tenido repercusiones en los mercados. Algunos inversores han comenzado a ver con buenos ojos un posible cambio de gobierno en 2026. “Los activos se están recuperando ante la creencia de que perderá frente a un rival de la derecha”, sostiene el artículo.
Falta de sucesión clara
Lula también enfrenta cuestionamientos por la falta de un plan de sucesión claro dentro del Partido de los Trabajadores. “No tiene un sucesor claro que pueda regenerar su movimiento y, al igual que Joe Biden y otros antes que él, no parece tener interés en preparar uno”, advierte Bloomberg.
