El 17 de junio se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía. Esta fecha fue establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1994 con el objetivo de crear conciencia sobre la degradación de tierras y sus efectos a nivel global.
La UNESCO, a través de sus programas científicos, subraya la importancia de adoptar medidas conjuntas para enfrentar estos fenómenos. La desertificación y la sequía afectan especialmente a África y están relacionadas con la pérdida de biodiversidad y el aumento de enfermedades zoonóticas.
Impacto económico de la naturaleza
Más de la mitad del PIB mundial depende de la naturaleza, lo que significa que contar con tierras sanas es fundamental para mantener economías prósperas. Cada año, se degrada un área equivalente al tamaño de Egipto, lo que provoca pérdidas en biodiversidad y un mayor riesgo de sequía.
Se estima que el 40% de la superficie terrestre está degradada. A medida que avanza el Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas 2021-2030, es crucial intensificar los esfuerzos para restaurar tierras a nivel global.
Restauración de tierras
Si las tendencias actuales continúan, será necesario restaurar 1,500 millones de hectáreas e invertir 1 billón de dólares para 2030. Esto es esencial si se desea contrarrestar la degradación de tierras. Bajo el lema “Restaurar la tierra. Liberar las oportunidades”, la conmemoración de 2025 destaca cómo esta restauración puede generar empleos, mejorar la seguridad alimentaria y hídrica, apoyar acciones climáticas y fomentar la resiliencia económica.
Causas de la desertificación
La desertificación es un proceso que afecta a zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas. Este fenómeno es causado principalmente por actividades humanas y cambios climáticos. No se refiere al avance de desiertos existentes, sino a la vulnerabilidad de ecosistemas en zonas secas que cubren un tercio del planeta.
Factores como la pobreza, la inestabilidad política, la deforestación y las malas prácticas agrícolas afectan negativamente la productividad del suelo.
Conciencia y cooperación
La desertificación y la sequía, que representan una degradación del medio ambiente, contribuyen al colapso de la biodiversidad y favorecen la aparición de zoonosis. Cada 17 de junio se celebra el Día Mundial para combatir estos fenómenos, con el fin de concienciar sobre iniciativas internacionales.
Esta fecha nos recuerda que es posible neutralizar la degradación mediante soluciones efectivas y cooperación comunitaria. Se requiere una participación firme a todos los niveles para abordar estos desafíos ambientales críticos.
Salud humana y ambiental
La salud humana y ambiental están profundamente interconectadas. Por lo tanto, es esencial actuar ahora para asegurar un futuro sostenible.
