El Gobierno de Bolivia ha dado a conocer que se han incinerado 63 viveros de marihuana en Lagunillas, Potosí. Esta acción se llevó a cabo tras las jornadas de violencia que fueron promovidas por seguidores de Evo Morales en Llallagua. El analista Carlos Valverde ha puesto en duda la veracidad de este hallazgo, sugiriendo que los narcotraficantes podrían haber entregado parte de su producción al Gobierno para simular un operativo exitoso.
Incineración de viveros
La noche del viernes, el ministro de Gobierno, Roberto Ríos, anunció que se habían incinerado 63 viveros de marihuana. Esta cantidad representa 14,5 toneladas de droga, que tienen un valor estimado de 2.167.200 dólares. La incineración se realizó a 25 kilómetros del municipio de Llallagua, en Potosí.
Cuestionamientos sobre el hallazgo
Valverde ha señalado que la zona donde se llevó a cabo la incineración no es la que se conoce como “México Chico”, que sigue sin ser intervenida por las fuerzas antidroga. “El dominio narco sigue existiendo”, afirmó el analista cruceño durante una transmisión en AiLive.
El analista cuestionó el hallazgo reportado por el Gobierno, diciendo: “¿Hallazgo de qué? Sí se lo entregaron”. Además, mencionó las viviendas rudimentarias que se utilizan para instalar equipos destinados a la producción de cocaína, que luego se exporta a Chile para su venta en mercados de Asia y Europa.
La narcozona de México Chico
Conocido anteriormente como Sacarmarka, “México Chico” es actualmente calificado como una “narcozona”. En este lugar, operan fábricas de droga, circulan vehículos ilegales y se construyen viviendas de lujo. Valverde también ha relacionado esta zona con el Tren de Aragua y el tráfico de mujeres.
Contexto en Llallagua
La situación en Llallagua refleja un contexto complejo, donde las movilizaciones han sido vinculadas con el narcotráfico. La falta de intervención efectiva en áreas críticas como “México Chico” genera dudas sobre el control estatal frente a estas actividades ilícitas.
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