Portugal se convierte en la primera selección que conquista en dos ocasiones la Liga de Naciones, al derrotar en la tanda de penales a España, con un fallo en el lanzamiento de Álvaro Morata, tras el empate a dos tantos en tiempo reglamentario e incluso el tiempo extra.
España no pudo retener la corona lograda hace dos años, precisamente en una tanda de penales ante Croacia, y cayó ante Portugal tras desperdiciar dos ventajas en el marcador. El fallo de Morata en el cuarto lanzamiento y el pleno de aciertos de los portugueses, decidió el título.
Tras el estudio inicial propio de una final, una primera llegada de Portugal y la respuesta con el primer aviso serio de España, con balón largo de Huijsen a Nico, el pase atrás y el golpeo de Pedri pegado al poste, los momentos de superioridad los supo trasladar la Roja, vestida de un amarillo que jamás habría aprobado Luis Aragonés.
Había acariciado la escuadra Nico Williams, con una rosca milimétrica en su golpeo, cuando Zubimendi dinamitó el duelo. Encontró el espacio para su incorporación ofensiva, la descarga de tacón del 9, Oyarzabal, la apertura a la aparición de Lamine Yamal, el centro y un balón rechazado en dos defensas para mandarlo a la red a los 21 minutos.

Apareció la efectividad portuguesa en una acción protestada por España por la posición inicial de Cristiano Ronaldo. La jugada continuó y la culminó con un latigazo raso cruzado Nuno Mendes, imparable para Unai Simón. Cinco minutos duró la alegría (1-1).
La dinámica ganadora de un grupo de jugadores que llevaban más de dos años y dos meses sin perder, provoca la reacción a los golpes. Un poco de Lamine Yamal, sin encontrar su enorme influencia en el juego, es suficiente para volver a generar peligro. El centro picado a la aparición de Nico encontró la dificultad añadida en la rápida salida de Diogo Costa. El toque de balón se fue por milímetros de la misma manera que pudo entrar llorando dentro de la portería rival.
En el minuto 45, tras la carrera de Pedri, el balón filtrado al movimiento de Mikel y el toque preciso de diestra para superar la salida de Diogo Costa. La final volvía a ponerse de cara con un gol (2-1) que debía ser un directo al rival. No lo fue por los retoques tácticos de Roberto Martínez.
Dos cambios en la caseta, la apuesta por un lateral diestro puro, Semedo, para rebajar la influencia de Nico. La entrada de Rubén Neves por Francisco Conceiçao que perdió la trascendencia de semifinales sin ser revulsivo desde el banco. La mano de entrenador le cambió la cara a la final.
Pronto lo sintió Portugal. Lamentando inicialmente un tanto anulado a Bruno Fernandes por fuera de juego pero obligando a España a dar un paso atrás. Apenas un disparo de Fabián que sacó abajo Diogo Costa. Insuficiente para poner freno a la reacción que encontró el premio con el gol de un futbolista eterno, Cristiano Ronaldo. La primera que pudo rematar, la mandó dentro. Su tanto 138 como internacional (2-2). Con 40 años.

En la primera de la prórroga, con centro de Nuno Mendes, la perdonaba Semedo con todo para marcar. Un detalle decidiría la final. Cucurella chutaba arriba de zurda, Lamine Yamal buscaba sin éxito su momento con un disparo centrado y Pedro Porro, desde el centro del campo, buscaba el factor sorpresa. Nada volvería a tumbar a Portugal, que tuvo la última en un cabezazo de Diego Jota, y fue infalible en la tanda de penales. Marcó todos sus lanzamientos, como España hasta que a Morata le aparecieron los fantasmas del pasado.
Tanda de penales: 1-0, Gonçalo Ramos. 1-1, Mikel Merino. 2-1, Vitinha. 2-2, Álex Baena. 3-2, Bruno Fernandes. 3-3, Isco. 4-3, Nuno Mendes. 4-3, Morata falla. 5-3, Rubén Neves y a celebrar se dijo.
