Columnistas

Víctor Paz Estenssoro vs Candidatos de Papel

Por: Miguel Angel Amonzabel Gonzales

El 7 de junio de 2001 murió Víctor Paz Estenssoro. Lo hizo en silencio, como suelen hacerlo los grandes. A 24 años de su muerte, su ausencia se siente más que nunca. Porque en un país donde la política se ha achicado hasta lo ridículo, el recuerdo de un estadista de verdad resulta incómodo. Paz no solo fue presidente en cuatro oportunidades: fue constructor de país. Y hoy, cuando Bolivia se acerca a una nueva elección presidencial, nadie se le acerca ni en estatura política ni en ambición histórica. Lo que hay son figuras pequeñas, discursos planos y promesas huecas.

Paz Estenssoro tenía una idea clara de nación. No es una frase hecha: sabía adónde quería llevar al país y cómo hacerlo. Eso lo diferencia de los candidatos actuales, atrapados en cálculos electoralistas, peleas personales y la obsesión de siempre: Evo Morales. Unos lo atacan, otros lo imitan. Nadie habla de transformar el aparato productivo, mejorar el gasto público o reformar la justicia. Lo urgente sigue desplazando a lo importante. La política se ha vuelto espectáculo, no estrategia.

A los 81 años, Paz asumió la presidencia por cuarta y última vez. Le tocó enfrentar la peor crisis económica de la historia boliviana: la hiperinflación. Y lo hizo con una claridad que desarma a quienes creen que la vejez es sinónimo de senilidad. El Decreto 21060, que muchos critican sin haberlo leído, estabilizó una economía colapsada. ¿Doloroso? Sí. ¿Impopular? También. Pero fue eficaz. Hoy nadie se anima a tomar decisiones difíciles. Ni siquiera hablan de ellas. Se esconden tras generalidades y eslóganes. Evitan los temas que importan.

Víctor Paz entendía Bolivia. No desde un escritorio, sino desde la vivencia. En Tarija conoció de cerca el agro y la semi esclavitud rural; en Oruro, los abusos de la minería; en La Paz, se formó en la gestión pública. El exilio le permitió observar modelos económicos, sistemas políticos y democracias reales. Era un gran lector, un intelectual riguroso, con pensamiento estratégico y formación sólida. Tenía calle y tenía mundo. Esa combinación lo convirtió en estadista. Hoy, en cambio, basta con un máster importado, una cuenta de TikTok y un discurso identitario para aspirar al poder. Es la banalización —o peor aún— la degradación de la política.

Víctor Paz no solo tenía liderazgo: tenía un partido. El MNR, con todas sus contradicciones, era una maquinaria política seria, con ideología, estructura, cuadros formados y disciplina interna. Esa solidez explica buena parte de su éxito. En contraste, los candidatos actuales carecen de partidos propios: alquilan siglas, transan apoyos a cambio de prebendas y operan con escasa organización. Sus listas están repletas de tránsfugas con trayectorias cuestionables. Lo que abunda son cascarones vacíos, candidaturas armadas por intereses económicos ocultos, figuras recicladas y proyectos sin doctrina ni equipos. Una política desvinculada de toda visión colectiva.

Y eso se nota. Paz se sentaba con empresarios, mineros y campesinos a discutir proyectos de país. Hoy los políticos apenas pueden articular una propuesta coherente en una entrevista. Donde había pensamiento, hoy hay improvisación. Donde había liderazgo, hoy hay oportunismo. Donde había visión, hoy hay encuestas.

Peor aún, muchos jóvenes no saben quién fue Paz Estenssoro. No lo estudiaron, no lo escucharon, nadie se los explicó. En un país con memoria histórica frágil, el pasado desaparece y con él, las referencias. Así se normaliza la mediocridad. Y cuando lo mediocre se vuelve norma, cualquier improvisado parece estadista.

Es cierto: Paz no fue perfecto. Pero sus errores ocurrieron en el marco de decisiones complejas, no en la repetición de consignas vacías. Cuando nacionalizó las minas, lo hizo porque entendía que Bolivia no podía ser un país soberano si sus recursos estaban en manos de la oligarquía minera. Cuando liberalizó la economía, lo hizo porque comprendió que, sin estabilización, no había futuro. Cambió de estrategia, pero no de objetivo: siempre buscó fortalecer al Estado, aunque con herramientas distintas.

Y, fundamentalmente, supo pactar. Entendía que la política no es el arte de destruir al adversario, sino de construir acuerdos. Pactó con la derecha, con la izquierda, con quien fuera necesario para sacar adelante reformas. Hoy todo es enfrentamiento, polarización, sospecha. Nadie cede, nadie conversa. Se gobierna con Twitter y se legisla por resentimiento. No hay puentes, solo trincheras.

Los candidatos actuales discuten quién odia más a Evo, quién robó menos. Nada de eso resuelve los problemas estructurales del país. Y sin propuestas, sin rumbo, sin ideas, Bolivia está condenada a repetir su historia. Con más inflación, más desempleo, más descontento social. Ya pasó en los años 80. Y parece que volverá a pasar.

Paz Estenssoro fue muchas cosas. Revolucionario y liberal. Nacionalista y estabilizador. Tuvo la capacidad de reinventarse sin perder de vista el objetivo de fondo: construir un país viable. Y lo logró, más de una vez. Lo hizo con errores, sí. Pero también con una valentía que hoy escasea. No le temía al costo político. Sabía que gobernar no es agradar. Es decidir.

Su figura no debe ser un mito decorativo. Debe ser un espejo incómodo. Un estándar de comparación. Porque cuando lo miramos, el resto queda en evidencia. No se trata de volver al pasado, ni de idealizarlo. Se trata de preguntarnos por qué hoy nadie está a la altura.

Contemplando el panorama actual de candidatos sin propuestas, partidos débiles y una ciudadanía cada vez más despolitizada, resulta difícil ser optimista sobre la posibilidad de que surja un liderazgo comparable. La historia no se repite, pero sus lecciones son claras: sin visión, sin coraje y sin capacidad de pacto, Bolivia seguirá sumida en el ciclo de mediocridad política que caracteriza estos tiempos. Y esa realidad, francamente, no invita al optimismo.

Miguel Angel Amonzabel Gonzales es investigador y analista socioeconómico.


Hemeroteca digital

junio 2025
L M X J V S D
 1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
30