Una mujer se presentó en un centro de salud en Itajaí, Brasil, para solicitar la simulación de una vacunación para un bebé reborn, que es una muñeca hiperrealista. Sin embargo, el personal del hospital rechazó su solicitud debido al uso indebido de insumos públicos. Esta negativa ha generado una alerta municipal para evitar que situaciones similares ocurran en otras unidades médicas.
La alcaldía de Curitiba ha emitido una advertencia para impedir que los “padres” de muñecos reborn utilicen asientos preferenciales en el transporte público. A nivel nacional, hay proyectos de ley en curso tanto en la Cámara de Diputados como en la Asamblea Legislativa de São Paulo. Estas iniciativas buscan sancionar a quienes intenten acceder a servicios del Sistema Único de Salud (SUS) utilizando un muñeco reborn como si fuera un paciente real.
Uno de los proyectos más recientes propone restringir expresamente el acceso a vacunas y otros servicios médicos públicos en estos casos. Las multas previstas van desde 5 hasta 20 salarios mínimos, dependiendo de la gravedad del hecho, la situación económica del infractor y los beneficios obtenidos. En caso de reincidencia, la sanción se duplicaría.
El fenómeno de los bebés reborn
Este episodio se suma a la creciente atención mediática y social en torno a los bebés reborn. Estas muñecas, hechas de silicona o vinilo, reproducen con gran detalle cada rasgo de un recién nacido, incluyendo peso, temperatura, expresiones faciales e incluso funciones básicas como llorar, reír o simular necesidades fisiológicas. En algunos casos, la personalización de estas muñecas incluye inteligencia artificial.
El fenómeno no es exclusivo de Brasil. En España, una coleccionista conocida en redes sociales, llamada Nicole, afirma tener 600 hijos, aunque solo 5 de ellos sean humanos. Los demás son muñecos reborn. Cada uno de estos muñecos tiene su propio nombre, vestimenta y rutina. Algunos de ellos pueden llegar a costar hasta 20.000 euros. Para algunos, esto es una afición artística; para otros, representa un canal emocional o terapéutico.
Casos mediáticos y controversias
Casos como el del reborn conocido como Batmancito muestran el lado mediático de este fenómeno. Sus cuidadores lo integran en su vida diaria, llevándolo de compras, subiéndolo al transporte público e incluso llevándolo a servicios de urgencias médicas. Esta exposición pública ha generado tanto simpatías como cuestionamientos sobre el uso de estas muñecas.
El debate sobre el uso de los muñecos reborn está lejos de cerrarse. Mientras algunos defienden su uso como una herramienta emocional legítima, otros denuncian abusos que desvirtúan servicios públicos esenciales. El caso ocurrido en Itajaí ha puesto el foco sobre los límites de la empatía y el impacto de las redes sociales en decisiones cotidianas que antes parecían impensables.
Antecedentes de abuso
Además, ya existen antecedentes sobre el uso indebido de insumos públicos relacionados con estas muñecas. Sus cuidadores han sido objeto de críticas por sus acciones, que afectan la percepción sobre los servicios médicos disponibles para personas reales. Este fenómeno ha generado un amplio debate sobre la ética y la responsabilidad en el uso de recursos públicos.
