Un grupo de científicos, liderado por el doctor Christopher Kaelin de la Universidad de Stanford, ha realizado un descubrimiento importante relacionado con el pelaje de los gatos. Este hallazgo se centra en una mutación genética que causa el color naranja en algunos felinos. La investigación fue publicada el 15 de mayo de 2025 en la revista Current Biology.
La mutación, que ha sido apodada “naranja ligado al sexo”, se localiza en el cromosoma X. Esto significa que el color naranja es más común en los gatos machos que en las hembras. En la mayoría de los mamíferos, las hembras poseen dos cromosomas X, mientras que los machos tienen uno X y uno Y. Para que un gato macho tenga pelaje naranja, solo necesita que esta variación se presente una vez en su cromosoma X. En cambio, las gatas requieren que la mutación ocurra en ambos cromosomas X.
Los investigadores explican que las gatas que tienen una sola copia de esta mutación presentan un pelaje parcialmente naranja. Este patrón puede manifestarse de dos maneras: como “carey”, que es un patrón moteado, o como “calicó”, que incluye parches de naranja, negro y blanco. Este descubrimiento ha permitido aclarar una “excepción genética” que había sido identificada hace más de 100 años, pero que no había sido completamente comprendida hasta ahora.
Descubrimiento del gen Arhgap36
En el estudio, los científicos analizaron alrededor de 50 variantes del cromosoma X que se comparten entre los gatos naranjas. Luego, eliminaron aquellas variantes que también se encontraban en gatos de otros colores. Así, identificaron el gen Arhgap36, una proteína activadora que no había sido relacionada previamente con la pigmentación del pelaje. Este gen normalmente se expresa en tejidos neuroendocrinos, donde interactúan el sistema nervioso y el sistema endocrino.
El doctor Kaelin afirmó que “Arhgap36 no se expresa en células pigmentarias de ratones, humanos o gatos que no son naranjas”. Sin embargo, la mutación en los gatos naranjas parece activar la expresión de Arhgap36 en las células pigmentarias. El coordinador del estudio describió este fenómeno como “muy inusual” y sugirió que estos descubrimientos podrían ayudar a entender cómo surgen otros rasgos físicos, como las manchas en los guepardos o la forma del cuerpo de los delfines.

Posibles implicaciones del estudio
A pesar de la influencia que tiene esta mutación en el color del pelaje, el trabajo no encontró evidencia de que la expresión de Arhgap36 afecte tejidos que no estén relacionados con la piel. Kaelin comentó: “No creo que podamos descartar por completo la posibilidad de que haya una expresión alterada del gen en algún tejido que no hayamos probado y que pueda afectar al comportamiento”. Sin embargo, añadió que la fama de los gatos naranjas como adorables “agentes del caos” se debe más bien a que la mayoría de ellos son machos.
Colaboración entre universidades
Además de los investigadores de Stanford, el estudio contó con la participación de miembros de la Universidad de Brown, ubicada en Rhode Island, del Laboratorio Nacional Frederick, que se dedica a la investigación del cáncer, y de la Universidad de Auburn, en Alabama. Aunque existen muchos mamíferos, como tigres y golden retrievers, que presentan pelaje anaranjado, Kaelin destacó que “en ninguno de esos casos está relacionado con el sexo”.