Luis Enrique podrá festejar su 55 cumpleaños por todo lo alto este jueves, un día después de que su París Saint-Germain lograra la segunda clasificación para la final de la Liga de Campeones de toda su historia, tras derrotar en la vuelta por 2-1 al Arsenal de Mikel Arteta, que peleó hasta el final por dar la vuelta a la eliminatoria pero se encontró con un rival con más puntería y un heroico Donnaruma.
El arquero italiano, ya decisivo en la ida, en los octavos contra el Liverpool y en los cuartos ante el Aston Villa, protagonizó tres paradas magistrales que le valieron el billete para Múnich al equipo francés, que ante el Inter de Milán tratará de confirmar su condición de favorito.
Una hazaña para un Luis Enrique que en dos campañas al frente del club ha conseguido semifinales y final y que encabeza un proyecto joven y prometedor con mucho potencial por delante.
Solo había que ver la cara de satisfacción del presidente del club, Nasser Al-Khelaifi, sentado en el palco junto al presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, para darse cuenta de que las cosas van bien en el Parque de los Príncipes.
Ante el Arsenal defendía el 0-1 de la ida y firmó una victoria trabajada, conseguida con el sacrificio que gusta predicar ‘Lucho’, que también vivirá su segunda final de la máxima competición continental tras la que levantó en 2015 con el Barcelona.

Los ‘Gunners’ amenazaron con asestar al PSG un nuevo varapalo en Europa, salieron dispuestos a meter el miedo en el cuerpo al Parque de los Príncipes y enjugar así la desventaja de 0-1 de la ida.
Fueron los locales quienes al saque de una falta por parte de Vitinha abrieron el marcador, tras un mal despeje de Thomas Partey que dejó el balón en la frontal, donde Fabián Ruiz se lo acomodó con el pecho y batió a David Raya con un potente disparo.
Su primer gol en 46 partidos disputados en Liga de Campeones, el premio a una gran temporada del español, convertido en un pilar del esquema de Luis Enrique, adorado por la grada y ensalzado por la prensa.
El VAR vio un penal por mano de Lewis-Skelly en el que nadie había reparado y el disparo de Vitinha en el minuto 69, manso y poco arriesgado, fue detenido por Raya, pero apenas tres minutos más tarde un error defensivo de Partey permitió a Hakimi lograr el segundo tanto de su equipo con otro disparo que sorprendió al meta español.
Necesitaba tres tantos el Arsenal y Saka consiguió el primero en el minuto 76, tras un robo Trossard ante Marquinhos y una buena contra. El atacante inglés pudo empatar el duelo cuatro minutos más tarde en un centro de Trossard, pero falló el golpeo a bocajarro.
Luis Enrique puso en pista a Dembélé y el francés pudo conseguir su vigésimo sexto gol, pero Raya se lo impidió. El Arsenal se lanzó a por el gol que reabriera la eliminatoria, pero los locales estaban ya lanzados hacia su segunda final, que jugarán con más fe tras la que perdieron en 2020 en un estadio vacío de Lisboa contra el Bayern Múnich.
