Franklin Aro comenzó a trabajar a los 12 años como limpiabotas en las calles de La Paz, Bolivia. Cuando se presentó a unas pruebas de selección para una película, no podía imaginar que se convertiría en el gran protagonista de «El ladrón de perros», una obra dirigida por el cineasta chileno Vinko Tomičić Salinas.
Aro, quien interpreta a un limpiabotas en la película, asistió este lunes 17 de marzo de 2025 a la presentación en la sección oficial a concurso del Festival de Málaga, en el sur de España. Esta producción es una coproducción que incluye la participación de Bolivia, Chile, México, Ecuador, Francia e Italia.
Un casting inesperado
El actor, de 20 años, compartió que vio un afiche que anunciaba la búsqueda de actores de entre 14 y 19 años y decidió asistir a un casting. Su deseo era aparecer brevemente en la película, pero no esperaba ser elegido como el protagonista principal.
Discriminación y responsabilidad
Aro explicó que en Bolivia, el trabajo de lustrabotas no es bien visto, lo que le llevó a sufrir discriminación. Al enterarse de que llevaría todo el peso de la película, sintió que era una «gran responsabilidad».
“Debía comprometerme, y me animaron a que no me rindiera”, añadió Aro, quien comparte pantalla con el actor chileno Alfredo Castro.
El atuendo del personaje
En la película, su personaje aparece con el mismo atuendo que él usaba cuando era limpiabotas. Su rostro está oculto con un pasamontañas, que se utiliza para evitar ser reconocido y así evitar «problemas en el colegio y los chismes, y para que no nos juzguen». Aro también mencionó que los lustrabotas mayores usan este accesorio para no ser reconocidos por sus familiares.

Orgullo por su trabajo
“Ahora puedo decir con orgullo que soy lustrabotas, y antes me daba vergüenza. Los que me insultaban me ven ahora con más respeto, y los demás lustrabotas me dicen que los represento a ellos. Es algo digno, y no sé por qué la gente lo denigra tanto”, expresó Aro.
Oportunidades en el cine
Trabajar en esta película le ha brindado a Aro «muchas oportunidades», como la posibilidad de «terminar el colegio». Ahora, su deseo es continuar en el cine como actor, ya que lo considera «algo lindo y hermoso».
“Mi objetivo al principio era filmar y cobrar la plata, pero no sabía que también tenía que ir a festivales y representar a Bolivia”, confesó.
Producción internacional
El productor Álvaro Manzano explicó que la participación de hasta 6 países en la película refleja la realidad del cine latinoamericano, especialmente en Bolivia, donde no existen fondos públicos ni mecanismos que apoyen al sector privado.
Manzano añadió que decidieron «filmar la película con lustrabotas reales», en una obra donde la ciudad de La Paz «es un protagonista más». No solo sirve como paisaje o decorado, sino que la imagen y los sonidos ayudan a mostrar lo que le sucede al personaje por dentro.