Irán está aumentando su uso de la vigilancia electrónica y de la información pública para identificar a las mujeres que se niegan a cumplir con la obligación de usar el velo en público. Esto ocurre en un contexto donde sectores más radicales presionan para que se endurezcan las penas contra quienes protestan contra esta ley, según un informe de las Naciones Unidas publicado el viernes 14 de marzo de 2025.
Las conclusiones de la Misión Internacional Independiente de Investigación sobre la República Islámica de Irán llegan después de que el año pasado se determinara que la teocracia del país era responsable de la “violencia física” que llevó a la muerte de Mahsa Amini.
La muerte de Amini desató protestas a nivel nacional contra las leyes que imponen el uso obligatorio del hiyab y una desobediencia pública que persiste hasta hoy, a pesar de la amenaza de arrestos violentos y encarcelamientos.
Discriminación sistemática
“Dos años y medio después del inicio de las protestas en septiembre de 2022, las mujeres y niñas en Irán siguen sufriendo una discriminación sistemática, tanto en la ley como en la práctica, que afecta todos los aspectos de sus vidas, especialmente en lo que respecta a la aplicación del hiyab obligatorio”, señala el informe.
El Estado está recurriendo cada vez más a la vigilancia patrocinada por el gobierno, en un aparente intento de que tanto empresas como particulares cumplan con el uso del hiyab, presentándolo como una responsabilidad cívica.
Vigilancia electrónica en acción
La misión de Irán ante la ONU en Nueva York no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios sobre las conclusiones del informe de 20 páginas.
En el informe, los investigadores de la ONU describen cómo Irán utiliza cada vez más la vigilancia electrónica. Entre estas medidas se incluye el uso de “vigilancia aérea con drones” por parte de funcionarios iraníes para monitorear a las mujeres en lugares públicos.
En la Universidad Amirkabir de Teherán, las autoridades han instalado un software de reconocimiento facial en la entrada para identificar a mujeres que no llevan el hiyab. Se cree que las cámaras de vigilancia en las principales carreteras de Irán también están involucradas en la búsqueda de mujeres que no usan el velo.

Aplicación móvil para denuncias
Los investigadores de la ONU afirmaron haber obtenido la aplicación móvil “Nazer”, que es ofrecida por la policía iraní y permite al público denunciar a mujeres que no llevan el velo en vehículos, incluyendo ambulancias, autobuses, vagones de metro y taxis.
Los usuarios pueden agregar la ubicación, la fecha, la hora y la matrícula del vehículo en el que se produjo la supuesta infracción del hiyab obligatorio. Esto marca el vehículo en línea y alerta a la policía, según el informe.
“A continuación, se envía un mensaje de texto (en tiempo real) al propietario registrado del vehículo, advirtiéndole que se ha detectado infringiendo las leyes del hiyab obligatorio y que su vehículo será incautado si ignora estas advertencias”. Estos mensajes de texto han llevado a situaciones peligrosas. En julio de 2024, agentes de policía dispararon y paralizaron a una mujer que, según activistas, había recibido dicho mensaje y estaba huyendo de un puesto de control cerca del mar Caspio.
Consecuencias de las protestas
La muerte de Amini desencadenó meses de protestas y una ofensiva de seguridad que resultó en la muerte de más de 500 personas y la detención de más de 22,000. Tras las manifestaciones masivas, la policía redujo la aplicación de las leyes sobre el hiyab, pero la intensificó en abril de 2024 bajo lo que las autoridades denominaron el Plan Noor (o “Luz”).
Al menos 618 mujeres han sido arrestadas bajo esta iniciativa, según investigadores de la ONU, citando a un grupo local de activistas de derechos humanos en Irán.
Aumento de ejecuciones
Mientras tanto, el régimen ha ejecutado al menos a 938 personas el año pasado, el triple que en 2021, según la ONU. Aunque muchas fueron condenadas por delitos relacionados con drogas, el informe indica que las ejecuciones “muestran un nexo con la represión general de la disidencia en este período”.
A medida que Irán continúa su ofensiva contra el hiyab, también enfrenta una crisis económica debido a las sanciones estadounidenses que afectan el rápido avance de su programa nuclear.
A pesar de que el presidente Donald Trump ha solicitado nuevas negociaciones, Irán aún no ha respondido a una carta que envió a su líder supremo, el ayatolá Ali Khamenei, de 85 años. El descontento social, junto con los problemas económicos, sigue siendo una gran preocupación para la teocracia de Irán.
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