El Carnaval de Oruro fue testigo del paso de innumerables danzantes, devotos y artistas que dejaron una huella imborrable en su historia. Sin embargo, hay nombres que trascienden generaciones, que se convierten en leyenda, y uno de ellos es, sin duda, el de Víctor Hugo Viscarra Marañón, más conocido como “Chulo”, el icónico Ángel Mayor de la Fraternidad Artística y Cultural “La Diablada” (La Frater).
Su reciente partida el 17 de febrero de 2025 dejó un vacío en la comunidad folklórica, pero su legado sigue brillando en cada paso de danza y en cada coreografía que marcó la historia del Carnaval de Oruro, que este sábado vivió una nueva edición.
Desde muy joven, Viscarra estuvo influenciado por su padre Claudio Viscarra y su tío Luis Viscarra Cruz – el famoso “Qiwicha” –, quienes le inculcaron la pasión por la danza de la Diablada y la devoción a la Virgen del Socavón.
A los 21 años, en 1969, ingresó a La Frater y, tras tres años como diablo de la fila roja y un año como lucifer, asumió el papel de Arcángel Miguel, convirtiéndose en la figura que lo consagraría dentro del Carnaval de Oruro.
UN LEGADO DE DANZA Y LIDERAZGO
Durante más de medio siglo, Chulo se destacó como el Ángel Mayor de La Frater, liderando la tropa de diablos con elegancia y carácter. Su presencia imponía respeto, no solo por su imponente estatura y porte, sino por la fuerza y elegancia con la que dirigía cada coreografía.
“Los ángeles nacen, no se hacen”, solía decir con convicción Viscarra, una frase que quedó marcada en la memoria de quienes compartieron un escenario con él. Para Chulo, el papel del Ángel dentro de la Diablada no solo era una responsabilidad de mando, sino un arte que requería carisma, presencia escénica y una danza imponente.
INNOVADOR DE LA DIABLADA
El aporte de Viscarra a la danza de la Diablada fue más allá de su magistral interpretación del Arcángel Miguel. Fue un visionario que revolucionó la estética y la coreografía de este personaje dentro del Carnaval de Oruro.
Fue el primero en introducir modificaciones en las caretas de Ángeles, reduciendo el tamaño de los ojos y usando vidrio para los mismos, e incorporando elementos que daban un aspecto más angelical y divino.
También innovó en la vestimenta, diseñando trajes más estilizados y llamativos, inspirándose incluso en personajes de la cultura popular, como el casco con alitas basado en el diseño de Thor.
Su creatividad también lo llevó a diseñar nuevas figuras coreográficas que hoy se mantienen como emblemas en las presentaciones de La Frater, como “el abanico”, “el doble tridente”, “la invasión”, “el trébol invertido”, entre otros.
Este año, La Frater presentará dos nuevas figuras coreográficas creadas por Viscarra, las cuales son: “La firma del diablo” y “El escudo nacional”, según confirmó su sobrino Alejandro Pablo Zambrana, en una entrevista con LA PATRIA. “Yo estoy encargado del área de danza, entonces lo vamos a llevar adelante”, aseguro el familiar de Chulo.
Alejandro recordó a su tío con admiración: “Él siempre buscaba que la gente lo vea y lo sienta desde lejos. Cuando se ponía su traje de Ángel, dejaba de ser Victor Hugo Viscarra y se convertía en el líder de los diablos. Era una persona sumamente competitiva, siempre quería ser el mejor”.
UN FRATERNO QUERIDO Y ADMIRADO
Más allá de su talento Chulo era conocido por su entrega, carisma y compañerismo. Su sobrino contó que siempre buscaba la excelencia en todo lo que hacía. “Cuando yo bailaba de osito y luego pasé a ser diablo, él me regaló un pañuelo rojo y me dijo: ‘Tienes que seguir el legado de la familia’”, contó con nostalgia Alejandro.
Su sobrino también destacó el fuerte vínculo que tenía Chulo con La Frater. Viscarra fue presidente de dicha fraternidad en dos ocasiones: en 1984 y en 2005-2006.
Durante su primera gestión, impulsó la participación de La Frater en un viaje internacional que permitió recaudar fondos significativos para la construcción de su actual sede social. En su segunda gestión, logró la filmación de spots publicitarios con empresas nacionales y promovió el primer congreso de La Frater para la modificación de sus estatutos.
Su impacto trascendió la Fraternidad, siendo reconocido a nivel nacional por su dedicación a la danza. Entre sus múltiples reconocimientos se encuentran las “Alas de Oro” por sus 50 años de trayectoria y un reconocimiento otorgado por la Asamblea Legislativa Plurinacional por su contribución al Carnaval de Oruro, como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.
UNA HUELLA IMBORRABLE
El fallecimiento de Chulo dejó una profunda tristeza en la comunidad del Carnaval de Oruro, pero también un sentimiento de gratitud por su gran aporte. Su amigo y compañero de danza, Jorge Matienzo, le dedicó una emotiva carta de despedida: “Siempre fuiste ejemplo de devoto, fraterno, amigo y compañero. Nos duele asimilar este momento. Pero sabemos que allá arriba eres requerido para guiar a los que se adelantaron, y seguir siendo el Ángel de la tropa”.
UN ADIÓS ENTRE APLAUSOS Y DANZA
El pasado 19 de febrero, en su despedida, La Frater sonó con fuerza en su honor. Como si aún estuviera presente, su espíritu se sintió en cada golpe del tambor y en cada nota de trompeta. “Caballo, bateo y vuelta”, fue el homenaje improvisado de sus fraternos, recordando los pasos que tantas veces ensayó y ejecutó con maestría.
Víctor Hugo Viscarra Marañón no solo fue un bailarín, fue un ícono del Carnaval de Oruro. Su nombre quedará inscrito en la historia de La Frater y en la memoria de todos los que tuvieron el privilegio de verlo danzar.
/Versión digital y mejorada de la nota publicada originalmente en la sección «El artista de la semana» del suplemento «Tú Espacio» del diario La Patria, el 1 de marzo de 2025.
