El enviado de las Naciones Unidas para Siria, Geir Pedersen, hizo un llamado a las nuevas autoridades sirias para que eviten un ciclo de represalias y venganzas. Esto ocurrió durante una reunión del Consejo de Seguridad, donde Pedersen expresó su inquietud por los informes de violencia y abusos en el país tras el derrocamiento del régimen de Bashar al Assad en diciembre.
El representante de la ONU mencionó que ha recibido informes sobre “hombres muertos en intercambios de disparos” y “malos tratos durante la detención” en las operaciones de seguridad de las autoridades de transición. También se han reportado casos de residentes que han sido víctimas de secuestros, saqueos y expropiaciones.
Pedersen comentó que “las autoridades de transición me han dicho claramente que no existe ninguna política de venganza ni de represalias, y han tomado algunas medidas para que los responsables rindan cuentas”. Sin embargo, advirtió que “existe el riesgo de que incidentes aislados se conviertan en un ciclo de represalias y venganzas”.
Responsabilidad de las autoridades
El enviado de la ONU enfatizó que “es responsabilidad de las autoridades de transición garantizar que todos los actores armados cesen este tipo de acciones (…) y trabajar en un marco global de justicia transicional”.
Compromiso del presidente interino
El presidente interino, Ahmad al-Shareh, se comprometió a evitar “actos de venganza” contra los miembros de la comunidad alauita. Pedersen también expresó su preocupación por las “prácticas discriminatorias contra las mujeres” y decisiones que iban “más allá” de las competencias de las autoridades, así como la situación económica del país.
Sobre estos temas, el enviado de la ONU pidió una acción “significativa” para aliviar las sanciones contra Siria, junto con garantías de una “transición creíble” en Damasco. Celebró las señales positivas en este sentido por parte de Estados Unidos y la Unión Europea.
Retos que enfrenta Siria
Pedersen recordó que los retos a los que se enfrenta Siria son numerosos e inmensos. Entre ellos se encuentran la continuación del conflicto, un panorama de seguridad fragmentado, una economía tambaleante y una población que ha vivido 14 años de guerra, con grandes esperanzas, pero también con grandes divisiones.
Oportunidades para las víctimas
Por otro lado, la Institución Independiente sobre Personas Desaparecidas en Siria celebró la disposición de las nuevas autoridades a “emprender un camino hacia la verdad” tras el derrocamiento del régimen. El equipo liderado por Karla Quintana concluyó su primera visita a Siria, donde “están surgiendo oportunidades para buscar a las decenas de miles de personas desaparecidas”.
Necesidad de coordinación
La institución destacó la importancia de coordinar esfuerzos entre los actores relevantes y acordó el futuro papel y compromiso en el país árabe. Insistió en que es fundamental generar confianza para que las víctimas compartan sus historias.
Las organizaciones civiles sirias estiman más de 100.000 desapariciones forzadas durante el conflicto armado, principalmente a manos del régimen, pero también por grupos armados opositores. Estas desapariciones tienen consecuencias para las familias afectadas e impactan negativamente en las posibilidades de reconciliación y estabilidad social.