El exguerrillero chileno Pablo Muñoz Hoffman ha sido liberado en Bolivia, lo que ha generado una gran preocupación entre las autoridades locales. Uno de los más críticos ha sido el diputado Pablo Arizaga, quien ha manifestado su descontento por lo que considera una falta de respeto a las normas y a la seguridad en el país. Esta situación se vuelve aún más alarmante al recordar otros casos similares, como el del narcotraficante Sebastián Marset, lo que plantea serias interrogantes sobre la relación del Gobierno con el narcotráfico y la protección de prófugos de la justicia.
Arizaga ha declarado que «en Bolivia se ha convertido en un lugar donde la norma no se respeta, donde puedes venir siendo delincuente y refugiarte aquí». Además, ha enfatizado que «no es admisible decir que no vamos a cumplir la notificación del sello rojo de la Interpol». En este sentido, subrayó que los tratados internacionales tienen fuerza de ley y son de cumplimiento obligatorio según la Constitución Política del país.
La activación de sellos rojos y azules por parte de Interpol se realiza como parte de un esfuerzo conjunto entre los organismos de seguridad de los países que han suscrito el Tratado Internacional de Seguridad y Cooperación Mutua. Este tratado establece obligaciones claras para prevenir que prófugos de la justicia encuentren refugio en otros países.
Inquietudes sobre la seguridad ciudadana
La liberación de Muñoz Hoffman ha suscitado inquietudes sobre la seguridad de los ciudadanos. Arizaga expresó: «Demuestra que en este país no es seguro vivir», cuestionando cómo puede la población dormir tranquila sabiendo que su Gobierno está ocupado en otras cuestiones menos relacionadas con su seguridad.
El diputado también ha advertido sobre el aumento de delitos visibles en lugares como Santa Cruz. Afirmó que todos viven en una inseguridad creciente debido a la presencia de delincuentes en el país. «¿Cuántos habrá en este país? Solo Dios sabe cuántos han venido a refugiarse», indicó.
Trasfondo político y narcotráfico
En cuanto al trasfondo político, Arizaga sugirió que el Gobierno busca mostrarse como un estado que protege a delincuentes. Afirmó: «Bolivia es un narcoestado gracias al Gobierno», señalando que las acciones contra el narcotráfico parecen ser ineficaces. Criticó las presentaciones oficiales sobre laboratorios descubiertos, indicando que nunca hay arrestos significativos relacionados con narcotraficantes.
Dudas sobre la liberación
Finalmente, planteó dudas sobre si la liberación de Muñoz Hoffman fue un hecho casual o si hubo alguna instrucción del Gobierno detrás de esta decisión. «No me atrevo a afirmarlo porque todavía no tengo la información, pero no me extrañaría que fuera así», concluyó Arizaga.
