Las autoridades de Filipinas han declarado ilegal los casinos virtuales, conocidos como POGO, este martes 31 de diciembre de 2024. Esta decisión se produce tras un largo historial de actividades delictivas relacionadas con estos operadores de juego que operaban en el extranjero.
El presidente Ferdinand Marcos Jr. anunció esta medida en julio y la formalizó en noviembre. El objetivo principal es combatir la criminalidad asociada a este sector, que se enfocaba principalmente en usuarios chinos en el extranjero.
Después de 8 años de operación, los POGO deberán cesar sus actividades a partir de hoy. Alejandro Tengco, director de la Corporación de Juego de Filipinas (PAGCOR), expresó que estos casinos en línea «se han convertido en un caldo de cultivo para actividades criminales, desde estafas en línea y lavado de dinero hasta actividades más serias como la prostitución, el tráfico humano e incluso los asesinatos».
Historia de los POGO
Estos casinos virtuales operan a través de páginas web donde los usuarios pueden jugar a la ruleta, al póker o a las tragaperras en formato digital. Fueron legalizados en Filipinas en 2016 durante la presidencia de Rodrigo Duterte. A pesar de las advertencias de las autoridades chinas, que prohíben a sus ciudadanos participar en apuestas fuera de la región autónoma de Macao, Duterte decidió no cerrar estos negocios, argumentando los beneficios económicos que aportaban al país.
Impacto económico y laboral
Se estima que al menos 41,800 personas están empleadas en más de 50 compañías de juego digitales, de las cuales un 18% son chinas. En 2019, estas empresas contribuyeron con aproximadamente 104,000 millones de pesos (cerca de 1.78 millones de dólares) a la economía filipina. Sin embargo, también están relacionadas con actividades delictivas, y China ha denunciado que emplean a ciudadanos chinos en condiciones de «esclavitud moderna».
Operaciones policiales
En junio de 2023, más de 2,700 víctimas de trabajo esclavo fueron rescatadas en la ciudad de Las Piñas durante una operación policial enfocada en los casinos virtuales. A pesar de su reciente ilegalización, las autoridades filipinas están preocupadas por la posibilidad de que algunas empresas continúen operando de manera clandestina en pequeños grupos que pueden moverse con facilidad.