En el marco de la celebración de la Fiesta de la Sagrada Familia y el inicio del Año Jubilar, la Iglesia Católica instó este domingo 29 de diciembre de 2024 a la población a reflexionar sobre la crítica situación que atraviesan las familias bolivianas, afectadas por la crisis económica, la desestructuración social y diversas formas de violencia.
Durante la homilía dominical, el Obispo Auxiliar de Santa Cruz, monseñor Estanislao Dowlaszewicz, destacó la importancia de valorar las relaciones familiares basadas en la confianza, el respeto y la búsqueda del bienestar común.
“Es un buen día para reflexionar sobre la situación crítica de nuestra familia en el tiempo presente. Los grandes problemas de la sociedad moderna y también de nuestra patria afectan directamente a la vida familiar digna”, señaló.
Desafíos que enfrentan las familias
El obispo lamentó que, en muchos hogares, las dinámicas familiares estén marcadas por la prisa, la falta de paciencia y la ausencia de convivencia.
Asimismo, expresó preocupación por desafíos como la emigración, el consumismo, el maltrato hacia la mujer, la discriminación, el desempleo juvenil y las legislaciones pro-abortistas que generan confusión sobre la institución del matrimonio.
Factores de desintegración familiar
Además, advirtió sobre la banalización de la sexualidad y la pérdida del rol educativo de los padres como factores que contribuyen a la desintegración familiar.
Compromiso renovado para el Año Jubilar
En este contexto, monseñor Dowlaszewicz pidió iniciar el Año Jubilar con un compromiso renovado para fortalecer los lazos familiares y recuperar los valores que permiten una convivencia armoniosa.
Según explicó, el Año Jubilar, que se celebra cada 25 años, es un tiempo de reconciliación y renovación espiritual destinado a promover la solidaridad, la justicia y la esperanza.
Construyendo una sociedad unida
En ese marco, la Iglesia Católica invitó a las familias a aprovechar esta oportunidad para superar las adversidades y construir una sociedad más justa y unida, basada en la confianza en Dios y en los valores familiares.