El Movimiento Al Socialismo (MAS) conmemoró el Día de la Revolución Democrática y Cultural el miércoles 18 de diciembre. Los eventos se llevaron a cabo de manera simultánea, pero pusieron de manifiesto la división interna entre las facciones «arcista» y «evista».
Concentración en Cochabamba
En Cochabamba, el expresidente Evo Morales lideró una gran concentración en el estadio Hugo Chávez Frías, ubicado en Chimoré. Este evento marcó los 19 años desde su victoria en las elecciones de 2005.
A pesar de tener una orden de aprehensión en su contra por un caso de trata de personas, Morales llegó acompañado del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez. Durante el evento, los oradores del bloque «evista» lanzaron críticas contundentes hacia el «arcismo», reafirmando su lealtad al liderazgo del exmandatario.
Refundación del MAS en La Paz
Por otro lado, en La Paz, la plaza Murillo fue el escenario donde se llevó a cabo la refundación del MAS, liderada por Grover García, quien es el presidente nacional del partido reconocido por el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Este evento contó con la presencia del Presidente Luis Arce y el vicepresidente David Choquehuanca. Durante la ceremonia, se presentaron nuevas propuestas destinadas a abordar la situación económica del país, en un intento por renovar la agenda del MAS.
Diferencias entre los eventos
Ambos eventos tenían como objetivo demostrar su representatividad nacional, con delegaciones provenientes de los nueve departamentos. Sin embargo, las diferencias entre ellos fueron evidentes.
Mientras que en La Paz el evento estuvo masificado por la asistencia de funcionarios, en Cochabamba, las bases campesinas, especialmente del Chapare, bastión de Morales, fueron las que tomaron protagonismo.
Preocupaciones por la división interna
El diputado «arcista» Gustavo Vega expresó su preocupación por la división dentro del partido, considerándola un obstáculo para las elecciones generales de 2025. «Es imprescindible la unidad. Si no nos unificamos, estamos destinados a perder», advirtió Vega.
Las celebraciones, en lugar de unir a los militantes del MAS, reflejaron la pugna interna que podría definir el futuro del partido en los próximos años.