El Gobierno de Bolivia decidió suspender temporalmente la exportación de aceite comestible el 5 de diciembre. Esta medida busca garantizar la seguridad alimentaria y normalizar el abastecimiento del producto a precios justos. Sin embargo, esta decisión ha generado críticas por parte del senador del Movimiento Al Socialismo (MAS), Félix Ajpi.
Ajpi acusó al Presidente Luis Arce de menospreciar a los productores locales y de deslindar responsabilidades en medio de una crisis económica y escasez de alimentos. El senador expresó: “Yo no soy cambita, pero también produzco arroz. Entonces, que (no) nos menosprecie o que (diga que) nosotros estemos jugando chueco. En ningún momento el productor le ha jugado chueco”.
Además, Ajpi manifestó que “el que ha jugado chueco es él (Luis Arce), apoderándose de todo el Estado y ya no sabe qué es lo que va a controlar”. Esta crítica refleja la frustración de los productores ante la situación actual y la percepción de que el gobierno no está apoyando adecuadamente a quienes trabajan en el sector agrícola.
Cuestionamientos sobre la gestión gubernamental
El senador también cuestionó la gestión del Gobierno en relación con la distribución de alimentos. Indicó que si no hay silos para almacenar arroz, eso representa un problema grave. “Si habla de seguridad alimentaria, ¿por qué no tiene estocado arroz y está distribuyendo a los que venden en los mercados?”, se preguntó Ajpi.
Responsabilidad del Gobierno
Por su parte, el diputado de Comunidad Ciudadana (CC), Alberto Astorga, también se pronunció sobre la situación. Indicó que el Gobierno busca culpar a los productores y grandes distribuidores por la escasez de alimentos y la crisis económica. Según Astorga, esta estrategia es un intento del Gobierno por deslindar responsabilidades ante la falta de soluciones efectivas.
Astorga afirmó: “Bueno, pues, claramente, los productores van a quedar totalmente afectados ante la falta de exportación”. También señaló que “el Gobierno está deslindando responsabilidades” e inculpando a otros actores por problemas económicos. Esta situación plantea interrogantes sobre el futuro del sector agrícola en Bolivia y la capacidad del Gobierno para abordar la crisis alimentaria.
