El líder supremo de Irán, Ali Jameneí, solicitó el lunes 25 de noviembre la condena a muerte del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Esta petición surge tras considerar que la orden de detención emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de guerra en Gaza es insuficiente. Durante un encuentro con milicianos basijis en Teherán, Jameneí acusó a Israel de atacar a civiles y afirmó que su enemigo no está ganando el conflicto en la región.
“Debe emitirse una sentencia de muerte para Netanyahu y los líderes criminales de este régimen (Israel)”, afirmó Jameneí. La máxima autoridad política y religiosa de Irán volvió a acusar a Israel de cometer crímenes de guerra en Gaza y Líbano, señalando que los ataques a civiles son inaceptables. Además, consideró que su acérrimo enemigo no está ganando el conflicto contra sus aliados en la región, como son los palestinos de Hamás y la milicia libanesa de Hizbulá.
Crímenes de guerra en Gaza
“El bombardeo de casas de civiles no es una victoria. El enemigo no ha ganado en Gaza ni Líbano, ni ganará”, aseguró Jameneí. La CPI emitió la semana pasada órdenes de arresto contra Netanyahu y su exministro de Defensa, Yoav Gallant, por crímenes de guerra y de lesa humanidad en la Franja de Gaza. Esta decisión fue celebrada por las autoridades políticas y militares iraníes, quienes ven en ella un respaldo a sus acusaciones contra Israel.
Limitaciones de la CPI
La CPI no cuenta con una fuerza policial para arrestar a los sospechosos, pero sus 125 Estados miembros, entre los que se encuentran Reino Unido y los países de la Unión Europea, tienen la obligación de cooperar con la Corte. Sin embargo, ni Estados Unidos ni Israel son parte de este tribunal, lo que limita la efectividad de sus órdenes de arresto.
Críticas a la Corte Penal Internacional
La CPI ha enfrentado críticas por parte de varios países que consideran que sus decisiones pueden tener implicaciones políticas significativas. Las tensiones entre Irán e Israel han aumentado considerablemente en los últimos años, impulsadas por conflictos regionales y alianzas estratégicas que complican aún más la situación en Medio Oriente.
