Con la decisión de Didier Deschamps de descartar a Kylian Mbappé para los dos próximos partidos de la Liga de Naciones y la ausencia de explicaciones, el seleccionador francés ha abierto una polémica que coloca al delantero del Real Madrid en una situación incómoda y enturbia su reputación, ya dañada, en el país.
Como públicamente el seleccionador no ha querido explicitar los motivos para privarse de su capitán, todas las interpretaciones están encima de la mesa, aunque Deschamps ha puesto dos límites: Mbappé, de 25 años, autor de 48 goles en 86 partidos con la selección francesa, sigue siendo uno de los suyos y su decisión nada tiene que ver con la investigación abierta por la justicia sueca el mes pasado por una supuesta violación en un hotel donde se alojó el futbolista.
Pero incluso en ese contexto, la impresión que deja la decisión es que ahora mismo convocar al delantero del Real Madrid acarreaba más problemas a la selección que afrontar los duelos contra Israel (14 de noviembre) e Italia (17) sin su máximo goleador.
«He mantenido varias conversaciones con él, he reflexionado y he tomado esta decisión porque creo que es lo mejor», dijo Deschamps, consciente de que el nivel de explicación «no es suficiente» pero de que prima el interés general al personal.
Deschamps ha querido preservar al grupo de todas las polémicas que arrastra el jugador, tanto por su caída de rendimiento deportivo con el Real Madrid como por el ‘caso Estocolmo’ y por su mal explicada ausencia en la anterior convocatoria.
Para un equipo que busca contra Israel en el Estadio de Francia garantizarse la clasificación para la siguiente fase de la Liga de Naciones y frente a Italia en Milán la primera plaza del grupo, el barullo que ahora arrastra Mbappé podría haber sido negativo.