La devoción hacia las ñatitas, que son cráneos humanos, se ha arraigado en varias familias bolivianas y está pasando lentamente a las generaciones más jóvenes. Estas nuevas generaciones se están convirtiendo en los protectores de esta práctica, que según los creyentes, trae milagros y bendiciones de las almas que una vez ocuparon esos restos humanos.
Celebración en el cementerio
Decenas de creyentes en las ñatitas se reunieron en el centenario Cementerio General de La Paz, en el día dedicado a esta tradición. En esta jornada, los cráneos son sacados de las casas por sus dueños para ser agasajados como si tuvieran vida.
Las estrechas callejuelas del cementerio se llenaron de personas que llevaban esas calaveras en pequeñas urnas de vidrio o madera. Estas urnas estaban decoradas con coronas de flores para las cráneos que se cree pertenecieron a mujeres, mientras que los cráneos considerados varones llevaban sombreros, cigarros y hojas de coca entre los dientes.
Historias de devoción
Edwin Chávez colocó en el suelo a Carmelo, una ñatita que lleva un gorro aimara y que se considera descendiente de la cultura tiwanacota. Según Chávez, esta ñatita se caracteriza por conceder favores espirituales, como protección y sabiduría familiar.
Por su parte, Hilda Moncada, una profesora de educación física jubilada, compartió que el cráneo que acompaña a su familia se llama Eliana, un nombre que surgió de un sueño en el que le habló una joven de 17 años.
El poder de los sueños
Muchos de quienes cuidan una ñatita afirman que, poco después de obtenerla, soñaron con la persona a la que pertenecían esos restos. Este sueño les sirvió de guía para elegir el nombre de la ñatita.
Un aspecto central de esta tradición es que a cada cráneo se le atribuyen poderes sobrenaturales para resolver cualquier problema que se les pida con fe. Por esta razón, cada 8 de noviembre, los creyentes les dan serenatas, bailan y prenden velas en señal de agradecimiento.
Tradición familiar
El culto a las ñatitas es una práctica simbólica que se relaciona con la fiesta de Todos los Santos. Los nuevos protectores Carlos y Cipriano están bajo la custodia de Wendy Sequeiros, quien mencionó que recibió a ambas ñatitas como parte de una tradición familiar que se remonta a más de 50 años. La primera poseedora de esos cráneos fue su abuela.
Sequeiros relató que su abuela soñó que Carlos y Cipriano eran dos detectives, y se les pide favores relacionados con juicios o robos.
Cuidado de los cráneos
Con 25 años, Jovita Zaconeta es, junto a su madre la tía Teo, una de las encargadas de cuidar y atender a 21 cráneos humanos que pertenecieron únicamente a sus familiares, como su padre, tíos, exparejas de su mamá o sus hermanas, así como a las gemelas Luz y Luna.
Zaconeta contó que las gemelas murieron poco antes de nacer, cuando su madre tenía 47 años. Las enterraron, pero después de un tiempo, su familia las llevó a casa, donde tienen una habitación propia llena de juguetes.
“Ellas dos (Luz y Luna) han realizado muchos milagros, han ayudado a mucha gente; también hemos ayudado a muchos niños que se han sanado y a señoras que no podían ser mamás”, aseguró Zaconeta.
El atractivo para los jóvenes
Óscar, un joven de 22 años que se dedica al esoterismo y a la brujería, es el propietario de 37 ñatitas, que son regalos de sus clientes. Óscar compartió el caso del cráneo de Fernando, el primero que tuvo, que se caracteriza por otorgar dinero y protección. El resto de sus ñatitas pertenecieron a policías, jóvenes y niños.
Según Óscar, el culto a las ñatitas atrae a muchos jóvenes que no se sienten satisfechos con las religiones mayoritarias, que a menudo son impuestas. Estos jóvenes prefieren refugiar su fe en algo más tradicional.
Combinación de creencias
Los jóvenes devotos comparten su creencia con personas mayores, como Elizabeth Portugal, una vidente aimara. Portugal contó que custodia en su casa a 88 ñatitas y da testimonio de los muchos milagros que han hecho para ella y otras personas.
Mientras tanto, otras devotas, como Regina, combinan la devoción a las ñatitas con el culto a la Santa Muerte, a quien le atribuyen más poder relacionado con el dinero y la protección.
Fuente: EFE.