El expresidente de Bolivia, Jorge Tuto Quiroga, quien ocupó el cargo entre 2001 y 2002, expresó en una entrevista con EFE que el exmandatario Evo Morales, líder del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), busca recuperar el poder. Según Quiroga, esto lo hace a través de los bloqueos que sus seguidores han establecido, con el objetivo de obtener «impunidad» en relación a las investigaciones judiciales que enfrenta por trata de personas y estupro.
Quiroga subrayó que Morales busca retomar el control para influir en los jueces y en el órgano electoral. Esto le permitiría obtener la sigla partidaria del MAS y habilitar su candidatura para futuras elecciones. Morales, según Quiroga, pretende «tener el poder» para conseguir «impunidad» y evadir los procesos judiciales que enfrenta por los delitos mencionados.
Denuncias de un atentado
Recientemente, Morales denunció que su vehículo recibió al menos 14 disparos en la madrugada del domingo, resultando en su chófer herido en la cabeza. Acusó al presidente Luis Arce de planificar este ataque junto a dos de sus ministros, con la intención de acabar con su vida. Sin embargo, Quiroga argumentó que lo que realmente ocurrió fue un ataque a la Policía para eludir un control antinarcóticos.
El expresidente Quiroga también afirmó que tanto Arce como Morales han perdido toda credibilidad, y sus declaraciones solo contribuyen a «pulverizar la imagen del país». Lamentó que la situación actual se desarrolle mientras los seguidores de Morales mantienen bloqueos en las carreteras desde hace 3 semanas, exigiendo el cese de los procesos judiciales en su contra, la renuncia de Arce y el adelanto de las elecciones. Esta situación ha llevado a una escasez de dólares, combustibles y ha incrementado la inflación.
La crisis política en Bolivia
Quiroga recordó que los recientes pedidos de Morales confirman lo que él mismo dijo en septiembre, cuando lideró una marcha de 187 kilómetros hacia La Paz. En esa ocasión, mencionó que el presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, podría asumir la presidencia si Arce y su vicepresidente, David Choquehuanca, «abandonan al pueblo». Esto ha dejado a la población sumida en una profunda vergüenza, y Quiroga enfatizó que «nadie cree a ninguno» de los dos bandos en conflicto.
Además, Quiroga comparó las imágenes del supuesto atentado contra Morales, captadas por sus colaboradores, con escenas de una serie de narcotraficantes de Netflix, sugiriendo que la situación se asemeja a lo que ocurre en el Trópico de Cochabamba, un bastión político de Morales donde el narcotráfico es un problema constante.
Oportunidad para la oposición
Para Quiroga, la disputa entre Arce y Morales representa una «gran oportunidad» para los partidos de oposición, que han estado divididos desde que el MAS llegó al poder en 2006. Esta situación podría permitir la consolidación de una «gran unidad» de cara a las elecciones del próximo año, lo que podría resultar en una mayoría capaz de «salvar la economía y rescatar la democracia de Bolivia».
El expresidente también destacó que la población se está dando cuenta de que el MAS se ha convertido en una minoría, independientemente de si están unidos o divididos. Esto abre la puerta a un proyecto alternativo que podría cambiar el rumbo del país.
Recientemente, las visitas por separado de Quiroga y del expresidente Carlos Mesa al líder opositor y gobernador suspendido Luis Fernando Camacho, quien se encuentra en la cárcel de Chonchocoro desde finales de 2022 por los eventos de la crisis política de 2019, han sido vistas como señales de que la oposición busca reagruparse. También se suma el empresario opositor Samuel Doria Medina, quien ha presentado un plan para abordar la «crisis» en Bolivia y se ha mostrado abierto a formar un bloque con Quiroga, Mesa y Camacho.
