La preocupación por el aumento en los precios de la carne de res está en aumento. Los comerciantes han denunciado que el costo del producto en el kilo gancho ha incrementado, lo que también repercute en el precio final para el consumidor. Esta situación se ha visto agravada por los bloqueos de caminos, ya que Santa Cruz y Beni son las principales regiones que abastecen la demanda en Oruro.
Varios comerciantes compartieron su inquietud con LA PATRIA Radio, indicando que, además del aumento de precios, la llegada de carne a Oruro se ha reducido cada día debido a los bloqueos que afectan las rutas hacia Cochabamba y Santa Cruz.
Incremento en el precio del kilo gancho
El presidente de la Unión Gremial de Matarifes, Jorge Sandy, confirmó que el kilo gancho ha alcanzado un precio elevado debido a los bloqueos, la escasez de diésel y la falta de ganado en pie. Actualmente, el kilo gancho se encuentra en 34 bolivianos.
Una comerciante expresó que anteriormente compraban el kilo gancho a 22 bolivianos, luego a 28 y 30 bolivianos. Sin embargo, con los bloqueos, han llegado a encontrar precios de hasta 32 y 34 bolivianos por la carne corriente, lo que significa que deben aumentar aún más el precio para la venta al público.
Carne especial y escasez
La situación es aún más complicada con la carne especial, que es más cara y escasea en varios puestos de venta de los mercados Bolívar y Campero. Sandy lamentó el aumento del precio del kilo gancho que los detallistas reciben desde el oriente, lo que les obliga a trasladar este incremento al consumidor final.
El presidente de la Unión Gremial de Matarifes aseguró que este aumento ha sido continuo y ahora están pidiendo la estabilización de precios y el levantamiento de los bloqueos.
Preocupación de los ciudadanos
Por otro lado, varios ciudadanos han expresado su preocupación por el aumento en el precio de la carne en todos sus cortes. Han solicitado apoyo, argumentando que “no les alcanza para alimentar a sus familias”.
Los compradores también han señalado que otros productos han incrementado su precio, lo que ha elevado la canasta familiar y ha afectado la sostenibilidad de la vida diaria o per cápita para los bolivianos.
