Los panificadores de Oruro han decidido declararse en estado de emergencia debido a la escasez de insumos e ingredientes necesarios para la producción del pan de batalla. Aunque desde el gremio han indicado que aún cuentan con un stock, existe una creciente preocupación por la posibilidad de que se agote, ya que no han recibido nuevos cupos de harina y tampoco pueden adquirir otros ingredientes.
En las últimas horas, Santos Herrera, presidente de la Federación Departamental de Panificadores Artesanales de Oruro (Fedepanor), expresó su inquietud ante la eventual falta del principal alimento de la canasta familiar. “Va a haber retrasos para la entrega y posiblemente nos entreguen en noviembre nomás ya la harina y esto que significa, que va a haber un impacto social, no es que nosotros no queremos trabajar, pero si no hay materia prima seguro va a faltar”, destacó Herrera.
Impacto de los bloqueos
Con la declaración de estado de emergencia, el sector ha solicitado una pronta solución a los bloqueos que están ocurriendo en el país, especialmente hacia Cochabamba y Santa Cruz, de donde provienen otros insumos complementarios para la elaboración del pan de batalla.
“El precio del pan se mantiene por el convenio que tenemos hasta fin de año, a no ser que haya otro gran problema, pero ya se están agotando nuestros insumos, por ejemplo levadura, azúcar y manteca, que traemos de Santa Cruz, además de otros, pero ya nos va a faltar y si no se soluciona el bloqueo va a afectar a los ciudadanos”, complementó Herrera.
Frecuencia de compras
Herrera explicó que su gremio adquiere el material y la harina una o dos veces al mes, pero lo hace de manera masiva para cumplir con su cuota diaria. Sin embargo, ya han experimentado retrasos en una entrega y temen que esto provoque una escasez de pan.
Demandas del gremio
En un voto resolutivo, los panificadores pidieron el levantamiento de los bloqueos, una solución al tema económico y un control sobre los precios de venta de varios de sus ingredientes, como el azúcar. La situación actual genera incertidumbre tanto para los productores como para los consumidores, quienes dependen de este alimento básico.
