“¿A ese medio de comunicación quién le ha llamado? A esa persona hay que llamarle. ¿Quién le dio el dato?”, interrogó en tono autoritario el presidente de la Cámara de Diputados, Israel Huaytari, cuando una periodista preguntó sobre el motivo de una reunión del legislador con el fiscal departamental y postulante a Fiscal General, William Alave.
¿”De qué medio es”?, preguntó Huaytari a la periodista que pidió conocer detalles sobre la reunión con el fiscal Alave, un encuentro registrado en imágenes el miércoles 16 de octubre. “De Red Uno”, respondió la periodista con firmeza.
La actitud del Presidente de la Cámara de Diputados fue calificada de intimidante por la Agencia de Noticias Fides (ANF).
Red Uno difundió la noticia sobre la reunión del legislador con el fiscal en ejercicio, a pocos días de la elección del nuevo Fiscal General, y en la cual Alave es el principal candidato.
La persona que proporcionó el dato de la reunión al canal de televisión es un “chismoso”, según Huaytari. “Más bien ese medio tiene que explicar quién le pasó (el dato), ese medio tiene que explicar y luego yo explico”, declaró el legislador del oficialismo.
El artículo 8 de la Ley de Imprenta expresa de manera categórica que “El secreto en materia de imprenta es inviolable”.
La Asociación Nacional de la Prensa (ANP) que representa a los principales diarios de Bolivia expresó profunda preocupación porque los servidores públicos que juraron defender la Constitución y las leyes intentan desconocer el secreto de la fuente informativa.
Uno de los principios de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) a la que está afiliada la ANP señala: Quien gobierna o representa al Estado debe garantizar el libre acceso a la información pública de acuerdo con los estándares internacionalmente aceptados y respetar las libertades de expresión y de prensa sin condicionamientos previos ni discriminaciones. El ejercicio del periodismo exige plena libertad para investigar, para preguntar, para opinar sin presiones ni represalias.
La Unidad de Monitoreo de la Asociación Nacional de la Prensa (ANP), que representa a los principales diarios de Bolivia, reporta agresiones a periodistas y medios de información desde hace 16 años, y en el país no pertenece a fundaciones, observatorios y coaliciones de ONG.