En Sucre, cientos de personas están obligadas a esperar hasta 12 horas en largas filas para conseguir una arroba de arroz en los supermercados de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa). Esta situación se debe al aumento de precios del producto en los mercados locales.
La situación ha alcanzado niveles críticos, con más de 300 compradores formándose desde la madrugada del viernes. Sin embargo, el supermercado solo cuenta con 190 arrobas disponibles para la venta.
Demanda creciente de arroz
La demanda de arroz de Emapa ha aumentado en las últimas semanas debido al encarecimiento del producto en los mercados de Sucre, donde el precio ha llegado a duplicarse. El supermercado de Emapa, ubicado en la calle Avaroa, vende arroz de martes a viernes, comenzando a las 6:30 horas.
El pasado viernes, Emapa dispuso de un stock de 190 bolsas arroberas, las cuales se agotaron en menos de dos horas. Como resultado, 100 personas se quedaron sin poder adquirir arroz.
Experiencias de los compradores
“Ahora nos tocó dormir aquí para poder recibir una arroba de arroz, no hay de otra”, comenta doña María, quien ha intentado en tres ocasiones comprar arroz sin éxito y esta vez se colocó entre las primeras de la fila.
Un hombre de ocupación taxista también comparte su experiencia: “Es mi segunda vez; la primera había poca gente, pero ahora hay mucha gente. Ayer (miércoles) también vine, pero como estaba más atrás, ya no pude alcanzar al arroz”.
Recuerdos de tiempos difíciles
A las 4:00 horas, un hombre de 68 años llegó a la fila desde la zona del Cementerio. “Me hace recordar al gobierno de Siles (expresidente), cuando hacíamos fila para un pan. No sé a qué extremos llegaremos”, menciona el adulto mayor, haciendo referencia al gobierno de la Unidad Democrática y Popular (UDP) de la década de 1980.
El precio del quintal de arroz ya se cotizaba a comienzos de mes entre Bs 430 y 470. En contraste, en Emapa, el precio del quintal y la arroba se encuentran en Bs 202 y Bs 50,50, respectivamente.
Contexto económico histórico
Según datos del Banco Central, entre 1982 y 1985, la moneda boliviana se devaluó más de 1 millón de veces. En agosto de 1985, cuando Siles dejó el poder, el dólar ya valía 1.149.354 pesos bolivianos. Para ese entonces, la inflación había escalado hasta 11.749,64 por ciento. Las reservas internacionales cayeron de 300 millones de dólares en 1977 a cero en 1983, recuperándose hasta algo más de 100 millones en 1984.
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