La educación pública en Venezuela se encuentra en una situación de «emergencia». Esta crisis se debe, entre otras causas, a la escasez de docentes. El gremio de maestros sostiene que el Gobierno está intentando abordar este problema a través de varios programas. Uno de los más destacados es un llamado a los docentes jubilados para que se reincorporen, además de ofrecer incentivos para aquellos maestros que abandonaron sus aulas debido a los bajos salarios.
De acuerdo con estimaciones de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), que también han sido compartidas por la Federación Venezolana de Maestros (FVM), se requieren aproximadamente 250.000 docentes para cubrir las aulas de educación inicial, primaria y secundaria que han quedado sin instructores en la última década. Este vacío se ha producido en medio de una profunda crisis económica que ha afectado al país.
Ante esta situación, el presidente Nicolás Maduro ha prometido ayudas para los docentes y les ha solicitado que, «por amor a la vocación», regresen a enseñar a millones de niños y adolescentes que han estado recibiendo una educación incompleta. Esta educación ha sido impactada también por la falta de servicios básicos como agua, alimentos y electricidad en las escuelas, así como por el alto costo del transporte.
Críticas a las promesas del Gobierno
Leila Escobar, secretaria general de la FVM, califica las promesas del Ejecutivo como una oferta «burlesca». Esto es especialmente cierto en lo que respecta a los créditos para los maestros, ya que su salario se sitúa en menos de 30 dólares mensuales, además de recibir otros 130 dólares en bonificaciones.
Escobar explica que cualquier crédito que se ofrezca consumiría por completo sus ingresos al momento de hacer el primer pago. Por lo tanto, considera que esta oferta no será suficiente para convencer a los docentes que actualmente están dedicándose a actividades que les proporcionan mejores ingresos, como arreglar cabello, pintar uñas, hacer tortas, preparar arepas, limpiar casas o cuidar ancianos.
Condiciones de las escuelas
Escobar resalta que los protagonistas del «hecho educativo» son tanto los docentes como los alumnos. Por ello, los programas deben centrarse en atender las necesidades de ambos grupos, así como de las escuelas. A nivel nacional, muchas de estas instituciones presentan fallos o deterioro en su infraestructura y carecen de materiales de trabajo.
A pesar de que el Gobierno anunció reparaciones en 8.000 instituciones educativas el pasado 30 de septiembre, coincidiendo con el inicio del año escolar, la FVM señala que más de 20.000 escuelas no han recibido atención de las autoridades y siguen enfrentando «las mismas carencias o peores».
Escobar enfatiza que, al observar todos estos factores que no están siendo atendidos, no es posible hablar de calidad educativa.
Retorno de docentes jubilados
En cuanto al llamado a los docentes jubilados, Escobar estima que hay alrededor de 200.000 maestros en esta situación. Esta cantidad podría ser suficiente para satisfacer la demanda actual, siempre y cuando existiera una política salarial real que fuera lo suficientemente atractiva para que regresaran a las aulas.
Medidas de emergencia del Gobierno
Las decisiones anunciadas por el Ministerio de Educación, que actualmente está en proceso de reestructuración, son consideradas como medidas de emergencia. Así lo ve Carlos Calatrava, director de la Escuela de Educación de la UCAB.
El profesor Calatrava recuerda que el Estado tiene la responsabilidad de garantizar los niveles obligatorios de formación a millones de niños y adolescentes. Sin embargo, esta tarea se está cumpliendo de manera fragmentada, ya que los alumnos están avanzando de un año escolar a otro sin recibir clases en asignaturas específicas. Esto es especialmente evidente en el bachillerato, donde hay escasez de docentes en ciencias exactas y sociales.
Futuro de la formación docente
Respecto a la decisión del Gobierno de reintegrar a las aulas a todos los docentes del sector público que estaban realizando otras tareas, Calatrava considera que es una acción correcta, dado el contexto actual. Sin embargo, subraya que no debería ser la única medida ni la principal.
Calatrava insiste en que es necesario que las escuelas de educación, donde se forman a los futuros profesores, estén llenas de estudiantes y no desiertas como han estado en los últimos cinco años, según los registros de la UCAB y la FVM.
En la UCAB, solo se graduaron 40 jóvenes como nuevos docentes en 2023. Este número, que representa el 1 % del total nacional, sugiere que, en el mejor de los casos, Venezuela formó 4.000 nuevos profesores el año pasado. A este ritmo, el país tardaría 60 años en cubrir las vacantes existentes.
Fuente: EFE.