El Gobierno brasileño ha presentado este martes un nuevo proyecto de ley que busca endurecer las penas para los delitos relacionados con la destrucción del medioambiente. Esta iniciativa surge como respuesta a los incendios que han afectado gran parte del país durante este año, muchos de los cuales han sido provocados intencionalmente.
El proyecto ha sido enviado a las cámaras legislativas, que han estado intentando alcanzar un consenso sobre este tema durante más de 6 años. Sin embargo, el debate ha cobrado mayor relevancia este año debido a la severidad de los incendios que han impactado todos los ecosistemas de Brasil, con un enfoque particular en la región amazónica.
Endurecimiento de las penas
La propuesta del Gobierno incrementa la pena de reclusión para quienes provoquen incendios en selvas o pastizales, pasando de 3 a 6 años. Además, se prevé un endurecimiento de las sanciones económicas que se aplican por estos delitos. También se consideran agravantes situaciones en las que los incendios se desaten en áreas protegidas o que, por su magnitud, pongan en peligro la vida y las propiedades de otras personas, así como la salud pública.
Penas más severas para delitos ambientales
Asimismo, se establecen penas más estrictas para delitos como la minería ilegal y el tráfico de animales, entre otros delitos ambientales. Brasil, al igual que otros países de América del Sur, ha enfrentado este año una sequía extrema, que se ha atribuido en parte al cambio climático. Esta situación se ha visto agravada por los incendios provocados por muchos hacendados, quienes buscan preparar la tierra para la siembra.
Impacto de los incendios en la Amazonía
De acuerdo con un estudio de la plataforma científica Mapbiomas, divulgado la semana pasada, los incendios han devastado entre enero y septiembre de este año alrededor de 22,346 hectáreas en la Amazonía. Más de la mitad de esta destrucción se ha producido en territorio brasileño. Este fenómeno también ha afectado los humedales del Pantanal y las sabanas del Cerrado, en la región central de Brasil.
El humo generado por estos incendios alcanzó a cubrir, a mediados de año, cerca de la mitad del territorio nacional y se expandió incluso a algunos países vecinos. La situación resalta la urgencia de abordar la problemática ambiental en Brasil y la necesidad de implementar medidas más efectivas para proteger el medioambiente.