Los incendios forestales que afectan a Bolivia desde hace 3 meses han destruido 4 millones de hectáreas. Esta situación ha llevado a Amnistía Internacional a solicitar al Gobierno boliviano y a otros países de la región que tomen medidas urgentes para prevenir una catástrofe climática en la Amazonía.
A pesar de los esfuerzos realizados por el Gobierno de Bolivia, que declaró emergencia nacional el 7 de septiembre, los bomberos y voluntarios han señalado que las acciones implementadas son insuficientes para controlar el fuego, especialmente en la región de la Chiquitanía.
Acciones del Gobierno
Desde el Gobierno, se ha informado que están enfrentando un ataque “masivo y seguido” en la “cabecera de los incendios”, según lo afirmado por el viceministro de Defensa, Juan Carlos Calvimontes. Sin embargo, los bomberos y voluntarios han manifestado que las tareas realizadas no son suficientes.
En Urubichá, ubicado en Ascensión de Guarayos, en el norte de Santa Cruz, el fuego se encuentra a aproximadamente 3 kilómetros del pueblo, lo que ha generado un gran temor entre los habitantes, como lo indicó Ronald Copa, un voluntario de Rescate Cochabamba.
Petición de Amnistía Internacional
Amnistía Internacional (AI) ha solicitado a los presidentes de Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Paraguay y Perú que ofrezcan una “respuesta sin precedentes” para “evitar una catástrofe climática” debido a los incendios que han afectado a la región durante los últimos 2 meses. Estos incendios han arrasado millones de hectáreas en la cuenca amazónica y en otras áreas protegidas.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE), se han registrado 50,000 incendios forestales en la cuenca amazónica solo en 2024. A nivel regional, Brasil lidera el conteo con el 71.9% del total de incendios forestales, seguido de Bolivia con el 11.2%. Según cifras oficiales, en Bolivia, el fuego ha devastado 4 millones de hectáreas.
Críticas a la declaración de emergencia
AI ha expresado su preocupación y ha cuestionado que Bolivia solo haya declarado emergencia nacional a partir del 7 de septiembre. Esto ocurrió a pesar de los reiterados llamados de observadores de derechos humanos y comunidades que habían solicitado esta medida varias semanas antes.
“Las presidencias sudamericanas deben tomar medidas urgentes para evitar una catástrofe climática que podría tener consecuencias irreversibles para toda la humanidad”, afirmó AI.
Desafíos en la lucha contra incendios
El trabajo realizado tanto por tierra como por aire no ha sido suficiente para controlar los incendios forestales en Bolivia. La afectación territorial podría ser proporcionalmente mucho mayor que la de los incendios en Brasil.
