El exgeneral Juan José Zúñiga ha reiterado su sospecha de haber sido drogado el 26 de junio durante el supuesto intento de golpe de Estado. En su nueva declaración, Zúñiga asegura que sus actitudes y comportamientos fueron tan extraños que llegó a no reconocerse a sí mismo.
Según la versión de Zúñiga, el 26 de junio, día en que enfrentaba su destitución como Comandante del Ejército por haber afirmado que detendría a Evo Morales si intentaba postularse nuevamente a la presidencia, se sintió mal después de beber un vaso de agua caliente que le entregaron sus ayudantes. Esta práctica era habitual en su rutina diaria.
A partir de ese momento, Zúñiga notó cambios en su comportamiento, especialmente durante el acto de cambio de armas que se llevó a cabo esa mañana en el Estado Mayor, según la declaración del exjefe militar.
Comportamiento inusual
De acuerdo con los documentos de la investigación, el exgeneral afirmó que reaccionó de manera inusual, gritando y riñendo a sus subalternos, algo que él mismo describió como fuera de su carácter habitual. «Yo mismo me desconozco», expresó Zúñiga, sugiriendo que pudo haber sido drogado antes de encabezar la toma de la plaza Murillo.
Solicitud de examen toxicológico
En este contexto, la exautoridad solicitó un examen toxicológico, pero su petición inicial fue rechazada debido al tiempo que había pasado desde el incidente. Sin embargo, el excomandante insistió en la realización de un examen capilar que, según él, aún podría revelar la presencia de sustancias en su organismo.
Situación actual de Zúñiga
En la actualidad, Zúñiga se encuentra en el penal de El Abra, en Cochabamba, bajo detención preventiva mientras se investiga su participación en los hechos del 26 de junio.
Los hechos del 26 de junio
El 26 de junio, Bolivia atravesó un momento de gran tensión política debido a un inusual movimiento militar. Este evento fue liderado por Zúñiga.
Ese día, soldados y vehículos militares se posicionaron alrededor de edificios gubernamentales en La Paz, especialmente en la Plaza Murillo, donde se encuentran las oficinas ejecutiva y legislativa del país.
El Presidente Luis Arce calificó estas acciones como un intento de golpe de Estado, mientras que la oposición sostiene que fue un “autogolpe”. Durante su aprehensión, Zúñiga afirmó que todas las acciones fueron a pedido de Arce para elevar su popularidad.