La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado su primera guía dirigida a los productores farmacéuticos con el objetivo de evitar los daños al medioambiente causados por la fabricación de medicamentos y el riesgo adicional de aumentar la resistencia a los antibióticos.
El problema de los microorganismos resistentes a los antibióticos es uno de los mayores desafíos en salud pública, y la OMS busca reducir el riesgo de su aparición y propagación, así como proteger la vida acuática afectada por los residuos de medicamentos.
Medidas para controlar la contaminación por antibióticos
La guía de la OMS abarca todos los pasos del proceso industrial, desde la fabricación de ingredientes farmacéuticos activos hasta los productos acabados, incluyendo el envasado primario. Se enfoca en proporcionar una base científica independiente e imparcial para que los reguladores, compradores, inspectores y la industria misma implementen un control riguroso de la contaminación por antibióticos.
Según Kate Medlicott, experta de la OMS, los fabricantes de medicamentos deben incorporar la dimensión medioambiental en sus procesos, lo que implica realizar análisis químicos de las aguas residuales y establecer sistemas internos para prevenir la contaminación.
El problema de la resistencia a los antibióticos
La resistencia a los antibióticos ocurre cuando bacterias, virus, hongos y parásitos dejan de responder a los medicamentos, lo que aumenta la posibilidad de enfermedades y la propagación de infecciones difíciles de tratar. Este problema se agrava por el mal uso o uso excesivo de los antibióticos, así como por la falta de información sobre cómo desechar adecuadamente los medicamentos.
La OMS busca concientizar sobre la importancia de abordar la contaminación por antibióticos en la fabricación de medicamentos y promover medidas que protejan tanto la salud humana como el medio ambiente.