Un reciente informe elaborado por la oficina Unicef Innocenti destaca el impacto positivo de los videojuegos en el desarrollo infantil. Según el estudio, los videojuegos bien diseñados tienen el potencial de fomentar habilidades cognitivas y emocionales en los niños, promoviendo su autonomía y competencia.
El informe enfatiza la importancia de un uso controlado y adecuado de los videojuegos, así como la necesidad de que padres, educadores y la industria se involucren en garantizar un entorno digital seguro para los más pequeños.
Videojuegos como herramientas educativas
Los videojuegos no solo entretienen, sino que también incentivan a los niños a aprender e interactuar activamente con su entorno. Según el informe, estos juegos pueden promover habilidades esenciales como el pensamiento crítico y la resolución de problemas.
Expertos de Unicef subrayan que el diseño de los videojuegos debe centrarse en facilitar el control y personalización de la experiencia por parte de los jugadores jóvenes, lo que puede tener un impacto positivo en su desarrollo cognitivo y emocional.
Desarrollo de habilidades sociales y emocionales
El informe destaca el potencial de los videojuegos para apoyar el desarrollo de habilidades sociales y emocionales en los niños. Se sugiere que estos juegos fomenten la cooperación entre jugadores, enseñando trabajo en equipo, comunicación efectiva y empatía hacia otros.
Además, se enfatiza la importancia de ofrecer recompensas por el progreso del jugador para motivar mejoras continuas.
Supervisión y equilibrio
Unicef enfatiza la importancia de que padres y educadores supervisen el uso moderado y adecuado de los videojuegos por parte de los niños. También se recomienda asegurarse de que los contenidos sean apropiados para su edad y que estas actividades no sustituyan aspectos importantes como el estudio, el ejercicio físico y el tiempo en familia.