La Confederación de Chóferes de Bolivia ha anunciado un paro nacional de 24 horas para el día jueves 1 de agosto en respuesta a la escasez de diésel en el país. Esta medida ha generado preocupación en el gobierno, que teme las consecuencias negativas que podrían surgir, como la especulación de precios de productos de primera necesidad.
El Viceministro de Defensa de los Derechos del Usuario y Consumidor, Jorge Silva, ha instado a la dirigencia de los transportistas a reflexionar sobre las posibles repercusiones de este paro. Silva ha advertido sobre el impacto económico que podrían tener los bloqueos de caminos, ya que esto podría llevar a la especulación de precios de productos básicos, afectando así el bolsillo de los bolivianos.
Advertencia sobre las consecuencias económicas
El viceministro ha enfatizado que estas acciones perjudicarían el movimiento económico realizado por productores, empresarios y transportistas. Además, ha señalado que un bloqueo de caminos no resolvería las dificultades actuales en Bolivia y ha destacado que algunos actores políticos podrían estar aprovechando la situación para fines distintos a las demandas del sector.
Silva también ha alertado sobre la posibilidad de que algunos comerciantes se dediquen a ocultar productos durante las movilizaciones para luego venderlos a precios más altos, lo que agravaría aún más la situación económica de la población.
Reunión para buscar soluciones
Ante esta situación, el Gobierno Nacional y los dirigentes del transporte tienen programada una reunión para el día de hoy martes, en la cual buscarán soluciones a esta problemática. Ambas partes esperan llegar a un acuerdo que permita evitar el paro nacional y encontrar una solución a la escasez de diésel que afecta al país.