Según el informe anual del Foro Brasileño de Seguridad Pública, la violencia contra las mujeres en Brasil ha alcanzado niveles alarmantes en 2023. Se registró un récord de 83.988 víctimas de violación, a pesar de los esfuerzos gubernamentales por promover políticas de igualdad. Es preocupante destacar que ocho de cada diez feminicidios fueron cometidos por la pareja o expareja de la víctima.
En el primer año de mandato de Luiz Inácio Lula da Silva, los feminicidios aumentaron un 0,8 % en comparación con el año anterior, llegando a 1.467 mujeres asesinadas por razones de género. Esta cifra es la más alta desde que se tipificó el crimen de feminicidio en 2015. Además, se registraron aumentos en los casos de tentativas de feminicidio (7,1 %), agresiones físicas (9,8 %), maltrato psicológico (33,8 %), amenazas (16,5 %), persecución (34,5 %), violaciones (6,5 %), acoso sexual (28,5 %) y divulgación de imágenes íntimas (47,8 %) en un año.
Posibles causas del aumento de la violencia contra las mujeres
El Anuario Brasileño de Seguridad Pública señala que existen diversas teorías que podrían explicar el incremento de todos los indicadores de violencia contra las mujeres. Una de ellas sugiere que es una expresión del poder y control arraigados en las estructuras patriarcales. También se plantea que podría ser una reacción a los avances en los derechos de igualdad, generando una respuesta para intentar revertir esos progresos.
La naturalización de la violencia contra las mujeres y la falta de denuncias
La violencia contra las mujeres se ha naturalizado en la sociedad, según denuncia una ONG. Además, se alerta que los datos expuestos podrían ser inferiores a la realidad debido a la desconfianza hacia las instituciones. El informe también destaca un aumento del 16% en los casos de acoso callejero y un incremento del 22% en la violencia doméstica durante el mismo período. Sorprendentemente, solo el 10% de las víctimas denunciaron estos actos violentos ante las autoridades competentes.