La cotización del dólar estadounidense y del euro ha experimentado un leve incremento en el mercado paralelo en Bolivia después del presunto golpe de Estado. Durante el miércoles, la divisa llegó a alcanzar los 9,10 bolivianos debido a la tensión política que se vivió durante tres horas. Posteriormente, el viernes 28 de junio, la cotización llegó a los 9,15 y 9,20 bolivianos.
Según informes de El Deber, las casas de cambio de La Paz y Santa Cruz han experimentado aumentos de precio en los últimos 17 días. Las cotizaciones han pasado de 8,85 bolivianos a 9,15 y 9,20 bolivianos para el dólar, y de 9,50 a 10,05 bolivianos para el euro.
La inestabilidad política afecta la confianza en el boliviano
El analista económico José Luis Contreras señala que la moneda debe ser un instrumento de mantenimiento de valor en el tiempo, pero en el caso del boliviano esto no está sucediendo. La inestabilidad política, sumada a los problemas económicos del país y la limitada capacidad del Gobierno para enfrentarlos, ha deteriorado la credibilidad del Gobierno. Esto ha llevado a que la gente prefiera cambiar sus bolivianos por dólares, ante la presunción de que el boliviano seguirá perdiendo valor.
Factores que contribuyen a la depreciación del boliviano
El economista Ruddy Sanguino explica que la depreciación del boliviano se debe a varios factores. Entre ellos se encuentran la caída de los ingresos por exportaciones, que ha generado un déficit comercial y la necesidad de más dólares para las importaciones. Además, el Estado ha tenido que utilizar las reservas internacionales en compra externa, como combustibles, hasta llegar a montos insuficientes para satisfacer la demanda. También se suma la disminución de las remesas del exterior enviadas por los compatriotas que viven en el extranjero.
La situación política y social afecta la economía
La situación política y social del país, caracterizada por la incertidumbre, la falta de credibilidad y confianza, es un factor determinante en el mal funcionamiento de la economía. Esto se traduce en una reducción en la producción de riqueza, reflejada en un Producto Interno Bruto (PIB) del 3,1% para el 2023, muy por debajo de las expectativas. Esta situación es la principal causa del aumento en el tipo de cambio.