En 1982, la Comisión Ballenera Internacional (CBI) firmó una moratoria para la caza de ballenas, la cual entró en vigor en 1985. Sin embargo, países como Islandia, Japón y Noruega siguen permitiendo la captura de estos cetáceos, a pesar de su importancia para la biodiversidad marina.
Recientemente, Islandia ha anunciado la autorización de la caza de otras 128 ballenas, lo que ha generado la oposición de organizaciones ecologistas. Estas organizaciones consideran que esta decisión es innecesaria, especialmente porque varias especies de ballenas se encuentran en peligro debido a la caza comercial.
Impacto de la caza comercial en las ballenas
Expertos de Greenpeace afirman que la caza comercial de ballenas ha llevado a la desaparición de más de 3 millones de ejemplares en el último siglo. Además, señalan que la industria de avistamientos turísticos de cetáceos genera mayores ganancias que la caza comercial.
La importancia de proteger a las ballenas
Celia Ojeda, responsable de biodiversidad de Greenpeace en España, insta a Islandia a ratificar el Tratado Internacional de los Océanos de Naciones Unidas de 2023 para proteger a estas especies. Además de la caza, las ballenas también enfrentan amenazas como la contaminación, la minería en aguas profundas, el transporte marítimo y el cambio climático.
Críticas a la decisión de Islandia
Mark Simmonds, director de Ciencia de OceanCare, critica la decisión de Islandia de autorizar la caza de ballenas, considerándola innecesaria y contraria a la ética. Simmonds opina que el país ha perdido una oportunidad de abandonar una práctica cruel y arcaica.
Continuidad de la caza de ballenas a pesar de los esfuerzos internacionales
La comunidad ecologista y los expertos en biodiversidad lamentan que la caza de ballenas continúe a pesar de los esfuerzos internacionales por proteger a estas especies. Se espera que Islandia y otros países ratifiquen el Tratado Internacional de los Océanos de Naciones Unidas de 2023 para garantizar su protección.
Ojeda destaca la importancia de que Islandia ratifique el Tratado Internacional de los Océanos de Naciones Unidas de 2023, al igual que otros países como España o Francia. Esto es especialmente relevante antes de la próxima conferencia sobre los Océanos de la ONU, que se llevará a cabo en junio del próximo año en París. El tratado necesita la firma de sesenta Estados antes de finales de 2025 para entrar en vigor y hasta ahora solo ha sido ratificado por siete.