Un informe elaborado por la Iniciativa para la Contabilización de los Gases de Efecto Invernadero de la Guerra (Iggig), basado en un estudio realizado por Organizaciones No Gubernamentales (ONG), revela que la invasión militar rusa en Ucrania ha generado un impacto significativo en el cambio climático. Según el informe, se estima que las emisiones de dióxido de carbono causadas por esta invasión ascienden a 175 millones de toneladas.
En los primeros 12 meses de la invasión, se emitieron 120 millones de toneladas de dióxido de carbono. Sin embargo, en los siguientes 12 meses, estas emisiones se incrementaron de manera significativa, alcanzando los 175 millones de toneladas. Esto equivale a poner en circulación 90 millones de nuevos coches de gasolina o construir 270 nuevas centrales térmicas de carbón. Además, supera las emisiones anuales de un país altamente industrializado como Países Bajos.
Causas de las emisiones
El informe señala que en los primeros meses de la guerra, la mayoría de las emisiones fueron causadas por la destrucción de infraestructuras civiles, lo cual requiere un gran esfuerzo de reconstrucción postbélica. Sin embargo, después de dos años de conflicto, la mayor parte de las emisiones se origina por una combinación de operaciones bélicas, incendios forestales y daños a la infraestructura energética.
Impacto de las operaciones bélicas
Las operaciones bélicas tienen un impacto significativo en las emisiones de dióxido de carbono. Esto se debe al consumo de combustible de los vehículos, la producción de grandes cantidades de munición y otros equipos militares, así como la construcción de fortificaciones a lo largo de cientos de kilómetros de línea del frente. Según la Iggig, el coste estimado de los daños causados por la Federación Rusa asciende a más de 32.000 millones de dólares.
Fuente: EFE
