El ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir, instó al Gobierno a declararle la guerra al grupo libanés Hizbulá. Durante una visita a la frontera norte, Ben Gvir expresó su indignación por los incendios provocados por los cohetes lanzados por la milicia chií desde el Líbano. En un vídeo mensaje publicado en su cuenta de X, el ministro afirmó que todos los bastiones de Hizbulá deberían ser destruidos.
Ben Gvir también denunció que mientras Hizbulá está hiriendo y obligando a evacuar a los residentes del norte de Israel, en el Líbano reina la tranquilidad. Según Naciones Unidas, más de 93.000 libaneses del sur han sido desplazados desde el inicio de los combates. La situación ha llevado a un aumento de las tensiones en la región y ha generado temores de una guerra abierta entre las partes, similar a la ocurrida en 2006.
Hizbulá dispuesto a luchar si es necesario
En una entrevista con el canal catarí Al Jazeera, el número dos de Hizbulá, Naim Qassem, afirmó que la milicia no planea ampliar sus hostilidades contra Israel, pero estaría dispuesta a luchar si se ve obligada a hacerlo. Qassem advirtió que cualquier expansión israelí de la guerra contra el Líbano provocará devastación, destrucción y desplazamiento en Israel. «Si Israel quiere librar una guerra total, estamos preparados», declaró.
Balance de víctimas
Desde el inicio de las hostilidades, al menos 23 personas han perdido la vida en Israel, incluyendo 13 militares y 10 civiles. Del lado libanés, más de 415 personas han fallecido, incluyendo unos 300 milicianos de Hizbulá, 47 integrantes de otras milicias, un soldado libanés y al menos 68 civiles, entre ellos 10 menores y 3 periodistas.