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Tragedia en Papúa Nueva Guinea: más de 670 personas sepultadas por avalancha

Lugareños caminan con sus enseres en la zona donde una avalancha golpeó la aldea de Kaokalam, provincia de Enga, Papúa Nueva Guinea / EFE
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Papúa Nueva Guinea ha informado que más de 150 casas quedaron sepultadas bajo una capa de rocas y tierra de entre seis y ocho metros de profundidad.

Una aldea remota al norte de Papúa Nueva Guinea ha sido devastada por una avalancha de tierra, dejando un saldo de más de 670 posibles víctimas mortales, según estimaciones de una agencia de Naciones Unidas. Hasta el momento, solo se han recuperado cinco cadáveres.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Papúa Nueva Guinea ha informado que más de 150 casas quedaron sepultadas bajo una capa de rocas y tierra de entre seis y ocho metros de profundidad. Las autoridades temen que el número de fallecidos sea mucho mayor.

El equipo de respuestas de emergencia ha confirmado hasta el momento la muerte de cinco personas cuyos cuerpos fueron recuperados en la aldea de Kaokalam, ubicada a 600 kilómetros de la capital del país, Port Moresby. Sin embargo, la cifra real de fallecidos aún es difícil de determinar debido a los esfuerzos continuos de búsqueda y rescate.

Además de los cinco cadáveres encontrados, se reporta un número indeterminado de heridos, incluyendo 20 mujeres y niños. La zona del desastre sigue siendo peligrosa debido al riesgo de nuevas avalanchas, lo que ha llevado a la evacuación de aproximadamente 1.250 supervivientes.

Desafíos en las labores de rescate y ayuda

La magnitud del deslizamiento de tierra ha afectado una extensa área de más de 200 kilómetros cuadrados, incluyendo una importante carretera de la provincia. Esto dificulta las tareas de rescate y asistencia a los supervivientes. Además, los desprendimientos anteriores han dejado tramos de acceso cortados, limitando la llegada de ayuda a la aldea.

La región afectada es propensa a lluvias intensas e inundaciones, lo que aumenta el riesgo de deslizamientos de tierra. A pesar de ser rica en recursos naturales, Papúa Nueva Guinea enfrenta altos niveles de pobreza y carece de infraestructura y comunicaciones adecuadas, especialmente en áreas remotas como la afectada por esta tragedia.

Llamado a la solidaridad y la acción

Ante esta devastadora situación, es crucial que la comunidad internacional brinde su apoyo a Papúa Nueva Guinea. Se requiere asistencia humanitaria urgente para atender las necesidades de los afectados y garantizar su seguridad y bienestar.

Las autoridades locales, junto con las agencias de ayuda y organizaciones internacionales, continúan trabajando arduamente en las labores de rescate y evacuación. Sin embargo, la magnitud del desastre y las condiciones adversas representan un desafío significativo.

Es fundamental que se destinen recursos y se implementen medidas preventivas para reducir el impacto de futuros deslizamientos de tierra en la región. La seguridad y el bienestar de las comunidades vulnerables deben ser una prioridad absoluta.

La tragedia en Papúa Nueva Guinea nos recuerda la importancia de la solidaridad y la acción conjunta frente a los desastres naturales. Es necesario que los gobiernos, las organizaciones internacionales y la sociedad en su conjunto se unan para brindar apoyo y protección a aquellos que más lo necesitan en momentos de crisis.

Fuente: EFE.


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