En una decisión inusual, la Sala Constitucional I de La Paz, presidida por el vocal Israel Campero, ha instruido al Órgano Electoral Plurinacional a supervisar el Congreso del Movimiento Al Socialismo (MAS) convocado por el ala «arcista» en El Alto. Esta medida cautelar fue solicitada por dirigentes renovadores y se basa en el artículo 30 de la Ley de Organizaciones Políticas.
A pesar de que el Tribunal Supremo Electoral ya había rechazado la supervisión del Congreso convocado en El Alto debido a incumplimiento de requisitos, la Sala Constitucional ha accedido a la solicitud de los dirigentes «arcistas». La resolución emitida por Cadena A establece: «Instruir al Órgano Electoral Plurinacional la aplicación provisional del artículo 30 de la Ley de Organizaciones Políticas y el Reglamento para la Supervisión de Organizaciones Políticas, en favor del accionante».
Supervisión de cumplimiento de normativa
El artículo 30 de la Ley de Organizaciones Políticas establece que el Órgano Electoral Plurinacional tiene la responsabilidad de supervisar el cumplimiento de la normativa vigente y los estatutos internos de los partidos políticos y agrupaciones ciudadanas en la elección de sus dirigencias y candidaturas. Sin embargo, la resolución aclara que esta provisión está sujeta a una «condición extintiva» si los accionantes no cumplen con las exigencias legales.
Acusaciones de favoritismo y tensiones políticas
El vocal Campero ha sido acusado por el «evismo» de favorecer al ala «arcista», al suspender interpelaciones a ministros y ordenar al TSE realizar el Congreso del MAS. Esta decisión judicial ha generado tensiones políticas dentro del partido oficialista y plantea interrogantes sobre la imparcialidad en el proceso electoral interno.
Debate sobre independencia judicial y transparencia electoral
Esta situación ha generado un debate sobre la independencia judicial y la transparencia en los procesos electorales internos de los partidos políticos en Bolivia. Las acciones legales emprendidas por los dirigentes «arcistas» reflejan las divisiones internas en el MAS y ponen en entredicho la legitimidad de sus instancias organizativas.