Según el informe anual de la Red Global contra las Crisis Alimentarias (Gnafc) en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y otras agencias, la Franja de Gaza está experimentando la mayor catástrofe alimentaria del planeta en las últimas dos décadas. En 2023, más de 281 millones de personas en 59 países sufrieron inseguridad alimentaria aguda, un aumento de casi 24 millones con respecto al año anterior.
Gaza en el nivel más alto de inseguridad alimentaria
La situación crítica en Gaza, tras el estallido de la guerra en octubre de 2023, ha llevado al territorio palestino al máximo nivel de la Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria (IPC). La mitad de la población gazatí, alrededor de 1,1 millones de personas, se encuentra en el nivel más alto de la clasificación del IPC, que se define como «catástrofe de hambruna». Además, se advierte de una hambruna inminente en las gobernaciones del Norte.
Aumento de la inseguridad alimentaria a nivel mundial
A nivel mundial, el porcentaje de la población con altos niveles de inseguridad alimentaria en 2023 fue del 21,5%, ligeramente inferior al año anterior. Sin embargo, el número de personas afectadas aumentó en casi 24 millones. Los países que sufren grandes crisis alimentarias incluyen Afganistán, Etiopía, Nigeria, Siria, República Democrática del Congo (RDC) y Yemen.
Factores que empeoran la situación
Los conflictos, la inseguridad, los fenómenos meteorológicos extremos y las perturbaciones económicas han empeorado la situación en varios países. En 2023, se observó un deterioro significativo en Sudán debido a los efectos devastadores del conflicto. Además, Colombia, Costa de Marfil y Senegal se incluyeron por primera vez en el informe debido a la inseguridad alimentaria. Por otro lado, se registraron mejoras en países como Mauritania y Guinea.
Desafíos futuros
El informe destaca que en 2024 los conflictos, la inseguridad y el fenómeno climático El Niño seguirán siendo los principales impulsores de la inseguridad alimentaria aguda. Además, la economía jugará un papel importante en el desarrollo de las crisis alimentarias. Los países exportadores de alimentos con monedas debilitadas tendrán que lidiar con los precios internos de los alimentos y el débil poder adquisitivo de los hogares. La disminución de la financiación de la ayuda humanitaria y el aumento de los costos de entrega también plantean una nueva amenaza.
Un llamado a la acción
El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, instó a una respuesta urgente a esta crisis. Es fundamental utilizar los datos del informe para transformar los sistemas alimentarios y abordar las causas subyacentes de la inseguridad alimentaria y la malnutrición. Guterres enfatizó que juntos podemos crear un mundo en el que el hambre no tenga hogar.
Fuente: EFE
