Las autoridades de salud de Estados Unidos, a través de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y la Administración de Alimentos y Medicamentos, están actualmente investigando múltiples casos de reacciones nocivas causadas por inyecciones de toxina botulínica falsificada o mal manipulada. Hasta la fecha del 12 de abril de 2024, se han reportado un total de 19 casos en nueve estados del país, principalmente en mujeres entre 25 y 59 años que recibieron tratamientos cosméticos en entornos no sanitarios.
Según los CDC, nueve personas fueron hospitalizadas y cuatro recibieron tratamiento con antitoxina botulínica debido a la preocupación de que la toxina pudiera haberse extendido. Se realizaron pruebas de botulismo a cinco individuos, con resultados negativos. Todos los informes provinieron de mujeres entre 25 y 59 años, con una edad promedio de 39 años. Dieciocho personas recibieron las inyecciones con fines cosméticos y todas fueron administradas por personas sin licencia o capacitación en entornos no sanitarios.
Estados afectados y origen de los productos falsificados
Los estados afectados por estas reacciones dañinas fueron Colorado, Florida, Illinois, Kentucky, Nebraska, Nueva Jersey, Nueva York, Tennessee y Washington. Las autoridades reguladoras han descubierto que algunas personas recibieron inyecciones con productos falsificados o de fuentes no verificadas. Actualmente se están llevando a cabo investigaciones para determinar el origen de estos productos.
Recomendaciones de los CDC
Los CDC han instado a las personas a consultar con especialistas antes de someterse a tratamientos con toxina botulínica y a buscar atención médica si presentan síntomas como visión borrosa o doble, párpados caídos, dificultad para tragar, respiración dificultosa o debilidad muscular. Asimismo, recomiendan recibir inyecciones únicamente de proveedores autorizados en entornos médicos acreditados.
Gravedad de las reacciones y necesidad de regulación
En total, el 60% de las personas afectadas requirieron hospitalización y el 21% recibió tratamiento con antitoxina botulínica. Todos los casos reportados fueron en mujeres que recibieron inyecciones en entornos no sanitarios por personal sin licencia ni capacitación adecuada. Los datos recopilados hasta ahora indican que el uso indebido o falsificado de toxina botulínica puede tener consecuencias graves para la salud pública y la seguridad de los pacientes. La falta de regulación en la administración de estos tratamientos cosméticos ha llevado a situaciones peligrosas que requieren una acción inmediata por parte de las autoridades competentes.